EL CORAZÓN ESPIRITUAL COMO PRINCIPIO Y FIN
Por Bernardo Nante (*)
Desde el punto de
vista simbólico el corazón constituye el órgano central del individuo, el
centro del Ser en el hombre o el “lugar” en donde ese Centro se manifiesta.
Sólo de modo restringido puede reducirse el corazón al
centro del sentimiento o a la vía de la devoción. En la tradición bíblica el
corazón simboliza el hombre interior, su vida afectiva y la sede de la
inteligencia y de la sabiduría. “Yo duermo, pero mi corazón vigila”; el corazón
es el centro atento a lo que debe y merece ser atendido, así, en hebreo sim lev
significa “poner atención”. El corazón es la sede de la pureza y también de la
perversión. “Pureza de corazón” es una expresión cristiana análoga a la fórmula
budista “vacío de corazón”; un corazón vacío de lo que no es, es un corazón
puro y recíprocamente. María sabía todas las cosas en su corazón; así, la
extrema pureza es sabiduría, porque comprende más allá de las palabras y los
conceptos. Y la sabiduría sólo se alcanza con la pureza de corazón. Por ello,
“filosofía” es “amor a la sabiduría”, pero máximamente debiera ser amor de la
sabiduría y sabiduría del amor. El corazón (despierto) comprende porque conoce,
ve, siente, vive lo particular en lo universal y lo universal en lo particular
o, si se quiere, la parte en el todo y el todo en la parte.
En consecuencia, el corazón simboliza limitadamente el
centro del sentimiento y de la devoción y profundamente el centro de los
centros, el centro del amor y de la entrega, el centro del amor sabio y de la
sabiduría amorosa. En el corazón comienza la espiritualidad en sentido
estricto, y en el corazón alcanza su máximo desarrollo. El corazón espiritual
es el alfa y el omega del desarrollo espiritual.
El corazón es, entonces, el polo del peregrinaje, el eje que
une e integra lo alto y lo bajo. Allí reside el secreto de la vocación humana.
(*) Director de la Fundación Vocación Humana, en la
República Argentina.
Es Decano de la Facultad de Filosofía, Letras y Estudios
Orientales de la Universidad del Salvador (2019). Es doctor en filosofía y
realizó estudios superiores en psicología, ciencias orientales, matemática y
economía. Especialista internacional en la obra de Carl Gustav Jung.
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