UTOPIA PIRATA
Desde que tengo
memoria me ha apasionado la historia de los PIRATAS, bucaneros de la Isla “La
Española” y filibusteros; este último cuyo significado se traduciría: “el que
se hace de un botín libremente”.
La historia efímera del paraíso “libertario” de la Isla de la Tortuga, Madagascar, y otros tantos lugares alejados de una Civilización que avanzaba y sometía a leyes y arbitrariedades del ejercicio del Poder.
El pirata a trascendido como un
personaje sin escrúpulos, pendencieros, ladrones, asesinos y violadores,
entregados a los excesos de todo tipo.
Hombres que vivían sin leyes, y sin embargo, tenían sus propias formas de convivencia: todos eran iguales ante la fortuna o la tragedia. No importaba la raza, religión, sexo, edad, o hasta su procedencia social. Todos eran iguales dentro del barco.
Un anarquismo sin “ismo”, sin doctrinas profundas, solo viviendo un
estado de naturaleza donde la vida era violenta, fugaz e intensa.
Comparto una
conversación de una serie de televisión, “Black Sails”, donde un pirata revela el destino
trágico de estos hombres, que como la “leyenda” del Holandés Errante, dieron
vuelta su rostro a los cielos y marcharon a una eterna condenación.
“No hay legados
en esta vida, ¿verdad?
Nada de
monumentos.
Nada de historia.
Solo el agua.
Nos paga y luego
nos reclama.
Nos traga a
todos,
como si nunca hubiéramos
estado ahí.”
+Teofano
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