Y PUTIN QUIERE SER STALIN
A los seis días de la invasión de Rusia a Ucrania
Es muy lamentable ver a “especialistas” en Relaciones
Internacionales hablar en relación al conflicto entre Rusia y Ucrania. Los mas
“amarillistas” tienden a acusar a Putin de ser “Hitler”, y del otro bando,
hallar responsabilidades en que Putin tuvo que invadir Ucrania porque la OTAN
no cumplió sus “promesas”.
Quizás si se desenrolla el ovillo entre tanta guerra de
contra-información y miramos un poco más atrás, entendamos porque se dieron las
cosas de esta manera. Lo resumimos en tres puntos:
1) UCRANIA: Pululan escritos sobre que las fronteras de
Ucrania es un invento de la URSS. Primero aclarar que Rusia NUNCA fue un Estado
Nación, y la URSS hace un diseño arbitrario del mismo. Rusia siempre fue un
Imperio, y el mismo durante toda su existencia sus fronteras fueron muy
permeables, y las guerras provocaron migraciones de poblaciones, y hasta hubo
políticas de colonización impulsada por los Zares para cubrir territorios
arrasados por las guerras. Quizás las mas conocidas, son la inmigración alemana
al sur de Ucrania, Crimea y la zona de los Urales.
Tanto el período Romanov, como la URSS, menospreciaron la
herencia de los ucranianos a lo que fue la conformación de RUSIA como
PRINCIPADO. Como nación, RUSIA nace en KIEV. Como tradición religiosa, RUSIA
nace en KIEV. Esa ciudad será centro intelectual, religioso, político e
histórico de la Rusia futura. Sin embargo, durante la URSS, esta tierra fue
explotada por el SOVIET y su población exprimida hasta la muerte (holodomor)
para sostener el resto de la URSS luego de las pésimas políticas leninistas (la
NEP) que llevó a Stalin a tomar medidas extremas cuya víctima principal fue el
pueblo ucraniano, logrando Stalin en menos de 10 años crear una nación
industrial que supo hacer frente a la Segunda Guerra Mundial y salir
triunfador. La URSS le debe mucho a Ucrania…
Sin embargo, la soberbia del Kremlin continúo explotando
todas las “naciones” que englobaba su imperio soviético. Su ultima gesta, antes
de despedirse, fue el desastre de Chernóbil que hizo caer el telón de
“eficiencia” de la economía soviética. Y los principales afectados, fueron los
ucranianos. Con Chernóbil, la payasada terminó.
Ucrania luego de la desintegración de la URSS intento ser
libre, pero no era esa la idea de Putin, que quería sostener dictadores sobre
cada una de sus provincias (porque para Putin, no son mas que parte de la ex
URSS). Esto llevo al golpe del 2014, y a la inestabilidad de las provincias con
mayoría poblacional rusa de Donbass y Lugansk, donde se ha producido una
terrible guerra donde el ejercito ruso, disfrazado de “milicias” combate contra
el Ejercito ucraniano, en una guerra de guerrillas donde la población es la
víctima y que lamentablemente, el mundo dió vuelta el rostro, ya que es un tema
“de los rusos”.
2) Putin no es “Hitler”. Putin quiere encarnar a Stalin.
¿Por qué? Porque como bien dijo el gobierno de China -que de esto sabe y mucho-
que Putin vive con la mentalidad de la “guerra fría”. En 1945 se firmaron los
acuerdos de YALTA donde el mundo se divide en dos, uno teniendo como gendarme a
los EEUU, que impulsa la creación de la OTAN, y el otro gendarme sería la URSS
que crea su “Pacto de Varsovia”.
Ambos jefes de bloque podían hacer y deshacer sus acuerdos,
sus políticas, sus pactos, etc. Así cada
uno lo uso a su criterio: Estados Unidos financiaría golpes de estado en toda
Latinoamérica, favorables a la política de la Casa Blanca, y llevaría sus
marines a todos los países que intentaran “convertirse” al comunismo, como fue
la Guerra de Corea y Vietnam. Por su parte, la URSS hizo lo mismo financiando a
sus simpatizantes, que por ejemplo llevarían al poder a Fidel Castro en Cuba, a
dictadura más larga del continente. También haría lo suyo invadiendo para
reestablecer el orden soviético a Hungría en 1955 y a Checoslovaquia en 1968,
dentro de su “Cortina de Hierro”.
Finalmente, la guerra la perdió la URSS y terminó
desintegrándose en 1991. Había quedado vacío el sillón de la URSS en YALTA. Sin
embargo, la llegada del ex KGB Vladimir Putin, surgido del riñón mas profundo
de la nomenclatura soviética, intentó crear un nuevo mundo, una nueva Rusia,
uniendo lo desunido de la mano de la Iglesia Ortodoxa, teniendo como aliados al
Patriarca Alexis II (ex KGB de Estonia) y al actual Patriarca Kirill,
absolutamente servil al cesaropapismo de Vladimir Putin.
Hoy, Putin trata a Ucrania como si vivieran en la “guerra
fría” y que él es jefe de su bloque. Como si fuera el legítimo heredero del
sillón de Stalin en YALTA.
No lo es. La URSS perdió la guerra, y ahora Rusia es parte
del sistema internacional que tiene como gendarme a los EEUU, y por supuesto,
el orgullo ruso se niega a reconocer eso, y actúa como si Ucrania fuera la
Hungría de 1955 a la cual puede pasar por encima matar a sus pobladores y
fusilar a los díscolos gobernantes, contrarios a las políticas del
Kremlin.
En conclusión: Putin no es Hitler, Putin esta queriendo ser
STALIN y alucinando que vive todavía con su “Cortina de Hierro” y que, por lo
tanto, Ucrania le pertenece.
3) Las “promesas” de la OTAN: El dictador de Rusia, Putin, se queja que la
OTAN desde 1991 no ha cumplido una sola cosa de las que prometió, como, por
ejemplo, la expansión de la misma a las ex “repúblicas” soviéticas. Asimismo,
se queja de la cada vez mas fuerte influencia de la Comunidad Europa sobre sus
ex provincias soviéticas. También, acusa a que tiene todo el derecho de
intervenir en Ucrania, sin justificación alguna, en tanto que los EEUU lo ha
venido haciendo, y de forma escandalosa como fue, por ejemplo, la segunda
guerra del golfo que con mentiras a la opinión publica y contradiciendo
directivas de la ONU, invadió, bombardeo indiscriminadamente y para finalmente
matar al dictador Saddam Husein y establecer un gobierno títere.
Putin entonces habla de hipocresía.
Cualquier analista serio de Relaciones Internacionales sabe
que lo que rige el sistema internacional contemporáneo es el PODER, y el que lo
posee, cambia las reglas de juego a su antojo. Esa es la realidad, no el
“idealismo” de la ONU, que en realidad filtra lo que los hegemones quieren
lograr en las naciones del mundo, como, por ejemplo, el control de la natalidad
a través del aborto, y la condena de religiones que se oponen a ello.
Volviendo al punto 2: la URSS era uno de esos hegemones, que
dirigían a su antojo su propio bloque de poder. Pero eso, en 1991, se dio por
terminado para Rusia, y su actual autoridad, Vladimir Putin, se niega a
reconocer que vive ahora bajo las reglas de otra nación, que puede impulsar un
BLOQUEO económico global que lleve financieramente a Rusia a la edad de piedra,
algo que hoy esta aconteciendo.
Putin quiere un mundo “justo”, para poder hacer lo que
quiera sobre sus ex republicas soviéticas.
La pregunta que surge entonces es: ¿acaso no es injusto
entonces, todo lo que esta pasando, donde las víctimas son los civiles de
Ucrania?
Nada es justo de este sistema internacional satánico, donde
hasta la religión es utilizada a los fines de los hegemones. Cuando busquemos
JUSTICIA no la vamos a encontrar. Es iluso pretender que los tiempos actuales
siguen algún lineamiento cristiano. Esto NO IMPLICA renunciar a la lucha
política, justamente, renunciar a ella es lo que el Maligno busca: que nos
demos por vencido. Pero hay que entender que es lo que existe tras bambalinas.
La palabra de CRISTO esta por encima de todas las leyes, de las justas y de las
que pretenden serlas.
El CRISTIANO sincero, asumido pecador, es hoy el caballo de
troya del sistema político actual. Hemos de dar la vida, por la Patria
Celestial, la única, en la que el dolor del mundo encontrará su PAZ
Vladyka TEOFANO, Juan M Garayalde
Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero
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