28 de Noviembre/15 de Noviembre-Calendario Eclesiástico
INICIO AYUNO PREPARATORIO PARA LA FIESTA DE LA NATIVIDAD
Inicio Ayuno Preparatorio de la Fiesta de la Navidad
“El que enriquece a otros se hace pobre, soporta la pobreza de mi carne, para que yo alcance los tesoros de su divinidad. El que está colmado se vacía; por un breve tiempo se despoja de su gloria para que yo pueda participar de su plenitud”.
Con estas palabras y las que le seguirán, San Gregorio Nacianceno, nos transmite lo que significó para la humanidad, el nacimiento de Jesucristo: “asume la carne, para redimir la carne; se une con el alma racional para salvar mi alma, para purificar lo semejante por lo semejante” (…) “nació Dios con la naturaleza humana que había asumido, unificando dos cosas contrarias entre sí, es decir, la carne y el espíritu. Una de ellas dio la divinidad, la otra, la recibió”.
En este tiempo, en que recibiremos el regalo mas grande que es la apertura de los cielos para que Dios camine entre nosotros, volviendo a enseñarnos que ÉL ES EL CAMINO, hemos nosotros de iniciar en este día un ayuno en lo material y espiritual preparándonos para la Santa Fiesta de la Natividad.
Los monjes nos transmitieron su forma de ayunar, y esta quedó reflejada en el Capítulo XXXIII del TYPIKON, el cual nos dice que los días elegidos para ayunar son los lunes, miércoles y viernes. En esos días, solo debemos alimentar nuestro cuerpo con cereales, semillas, verduras y frutas. En los otros días, se puede utilizar aceite para sazonar las comidas, y permitido tomar vino, pescado, mariscos, pero no carne de animales terrestres. Ya en los cinco días previos a la Fiesta, el pescado ya no hemos de consumir.
Siempre deberemos contemplar aquellas personas que por enfermedades o debilidad física producto de la edad avanzada, podrá consumir con moderación alimentos no recomendados para el ayuno, pero siempre teniendo en cuenta que dicho ayuno de nada sirve si no nos acercamos a la Iglesia, y dialogamos con nuestros confesores o padre espiritual. Purificamos el cuerpo, limpiamos de iniquidades nuestra alma, nos preparamos para recibir a Aquel que se hizo semejante a nosotros, a excepción del pecado, que precisamente, viene a quitarlo de nuestras vidas, a rescatarnos de nosotros mismos.
Hagamos el esfuerzo, así cuando llegue la Navidad, estamos purificados de cuerpo y alma para recibirlo con alegría, y transitar con Él, nuevamente, su camino entre nosotros.
“Nace en un día determinado, pero Él es el día eterno, nacido del día eterno”.
(San Agustin)
Xristos Anesti!
Vladyka TEOFANO, Juan M. Garayalde
Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero
República Argentina
La Estrella de Belén comienza a marcarnos
el camino del peregrinaje espiritual.
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