domingo, 29 de diciembre de 2019

Santos Antepasados - CRISTOPOLIS




29 de Diciembre de 2019 / 16 de Diciembre de 2019 Calendario Eclesiástico

SEMANA DE LOS SANTOS ANTEPASADOS
(Del 24 del 12 al 29 del 12 / Del 11 del 12 al 17 del 12 Calendario Eclesiástico)

Transitando la Pequeña Cuaresma, preparatoria a la Santa Navidad, la Iglesia Ortodoxa celebra la SEMANA DE LOS SANTOS ANTEPASADOS.



El synaxarion (libro liturgico que relata la Vida de los Santos) de dicha celebración nos dice:

"A través de la conexión de los santos Ancestros y Patriarcas, Nuestro Salvador Jesucristo es Él mismo, en cierto modo, el fruto de la fe de Abraham. Entonces, cuando Dios da a conocer su voz a cada uno de nosotros mientras aún estamos en una extraña tierra de pasiones y vanidades mundanas, debemos dejar que Abraham deje sin dudar todo lo que es suyo y seguir el llamado divino con fe hasta que lleguemos a la Tierra Prometida donde, a su vez, podremos dar a luz espiritualmente a Cristo, sembrado en nosotros por la fe y el bautismo, Él tiene que crecer en nosotros a través de las virtudes para brillar a la luz de la contemplación. Somos descendientes de Abraham, "hijos de la promesa" como Isaac, habiéndose convertido en "hijos de Dios" a través de el don del Espíritu Santo, por lo tanto, para ver a Cristo formarse en nosotros ...Entonces, por nuestra parte, seamos antepasados de Cristo y continuemos firmes en la fe, para que podamos celebrar la fiesta de su Natividad, diciendo: Ya no soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mí ".




CRISTOPOLIS

El primer patriarca de nuestra tradición, Abraham (“padre de muchos pueblos”), nació en Ur Kaśdim (Ur de los Caldeos) una ciudad que se presupone que era del sur de Turquía o, otra hipótesis, sobre el Río Éufrates. Del relato bíblico, surgirán diversos acuerdos entre Dios, Uno y Trino y el futuro Patriarca Abraham. El más importante, es aquel que lo pone como cabeza de un pueblo que habitará una tierra que el Señor les va a señalar, todo ello, si él y sus descendientes se mantienen leales a esa promesa. Ciertamente, el caldeo Abraham fue leal a Dios, pero no su descendencia: conoceremos ese derrotero de traiciones e infidelidades durante el Antiguo Testamento. Finalmente, todo cambió, cuando Nuestro Señor Jesucristo se hace presente entre nosotros, y nos muestra, nos enseña, nos instruye, acerca de ese camino al Reino de los Cielos, a la Ciudad de Dios, como nos decía San Agustín.

En el presente, no hay tierra que conquistar, no hay un premio por ser fiel a Dios, sino una guerra espiritual donde los traidores al pacto, vivirán un mundo de sombras, y aquellos que quieran alcanzar el Reino de los Cielos, harán de este mundo físico, una ciudadela de Cristo, CRISTOPOLIS, que no tendrá fronteras físicas, sino seres humanos que como luces en las tinieblas, guiaran el camino al despertar de las virtudes, y como estrellas, iluminarán los cielos marcando el camino de los demás.

La Tierra Prometida, es la que señaló Cristo, que está en Cristo, y es Cristo.


S.E. Vladyka TEOFANO, Juan M. Garayalde
Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero

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