31 de enero de 2021 / 13 de febrero de 2021 – Calendario
Eclesiástico
I – PRIMEROS AÑOS
Un 13 de febrero del año 2018, fallecía en el Monasterio de
Kremikovtsi a los 103 años de edad Dobri Dimitrov Dobrev, considerado el SANTO
DE BAYLOVO.
Nacido el 20 de julio de 1914, en apenas 8 días previo al
inicio de la Primera Guerra Mundial, que se llevará la vida del padre de Dobri,
quién morirá luchando en el ejército búlgaro.
Criado por su madre Katerina en tiempos muy difíciles por
las condiciones de la guerra y las consecuencias funestas de la crisis
económica que afectó la región. Sin embargo, la tragedia no había culminado:
teniendo aproximadamente 30 años, durante la Segunda Guerra Mundial, donde su
país nuevamente fue arrastrada a una nueva guerra, un proyectil cayó cerca de
él y perdió casi completamente toda su audición.
II – CAMINO AL ASCETISMO
Esta condición lo llevó cada día a acercarse mas a Dios y a
una forma de ascetismo que fue creciendo dentro suyo. Para el año 2.000,
habiendo pasado ya los ochenta años, vendió todas sus pertenencias y vivienda y
se mudo a un humilde lugar dentro del predio de la Iglesia de los Santos Cirilo
y Metodio en su pueblo natal de Baylovo.
Desde entonces, comienza a vivir una vida ascética,
realizando casi diariamente una caminata de más de 20 kilómetros a la ciudad de
Sofía, a la Catedral de Alexander Nevski, donde pedía limosnas a los que la
visitaban.
Dobro cobraba una magra pensión que apenas le daba 3 euros
para vivir por día, pero vivía de la ayuda de la gente. Pan nunca le faltaba, y
con ello él se encontraba satisfecho. De las donaciones que iba recibiendo,
guardaba todo para su Iglesia.
Su nombre se hizo conocido en Bulgaria y luego alrededor del
mundo, por una importante donación que realizó en el año 2009 que alcanzo la
cifra de unos 20.000 euros, siendo uno de sus máximos contribuyentes, o sea, un
hombre pobre.
El abuelo Dobri en la Catedral de Alexander Nevski en la ciudad de Sofia, Bulgaria
III – EL PEOR PECADO
Sus últimos años lo pasaba frecuentando los oficios religiosos, viviendo en soledad, alejado de los diarios y tv, que los veía como instrumentos del demonio para mentir y pervertir la mente de las personas.
El Demonio entraba en nuestras mentes si las personas se lo
permitían afirmada Dobro.
Consideraba que uno de los peores pecados era el del adulterio, el cual destruía las familias, afirmando: “¡déjense guiar por el diablo, y verán!”, lo cual es un enorme llamado de atención al libertinaje de estas sociedades contemporáneas donde los hijos son rehenes de padres que no entienden el valor de edificar una familia y convertirlo en un santuario de amor y Fe bajo la protección y guía del Señor, quién los mantendrá a salvo de las iniquidades del mundo.
Que Dios, Uno y Trino, nos brinde más hombres como el abuelo
Dobro.
Que Su Memoria sea Eterna.
Compilación: Patriarcal Ateneo San Marcos
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