MILAGRO DE LAS KOLIVAS DE SAN TEODORO
El primer sábado de la Gran Cuaresma se celebra en la Santa Iglesia Ortodoxa el milagro de las Kolivas de San Teodoro.
Con la conmemoración de este milagro de San Teodoro se cierran los tres primeros sábados en los que hemos conmemorado:
(1) A todos los
difuntos, especialmente aquellos que murieron en medio de catástrofes, guerras
y epidemias y a aquellos de los cuales se hace memoria por no tener familiares
vivos que los recuerden,
(2) A todos los santos hombres y mujeres que vivieron una
vida volcada a la ascesis,
(3) A todos los
Santos y Mártires que dieron sus vidas por Cristo.
El origen de esta fiesta se sitúa cincuenta años después del martirio de San Teodoro (+306). Reinaba el impío Juliano el Apóstata (316-363) y después del ayuno estricto de la primera semana de la Gran Cuaresma, queriendo ultrajar a los cristianos, ordenó al gobernador de la ciudad de Constantinopla que rociara todos los alimentos de los mercados de la ciudad con sangre de los sacrificios de a los ídolos paganos a los que adoraba para que así, los cristianos que podían mitigar la dura ascesis de los primeros cinco días penitenciales no tuvieran nada para comer o se vieran obligados a comer la abominación contaminada.
San Teodoro se apareció al obispo Eudoxios y le ordenó anunciar a los cristianos que no compraran nada en los mercados y que rompieran el ayuno comiendo trigo hervido con miel.
La Koliva quedó primero como alimento y luego por sus ingredientes pasó a ser el elemento principal de las conmemoraciones por los difuntos ya que el trigo cocido recuerda a los hombres que, este es su principal alimento: el grano que molido es amasado para hacer el pan.
La Koliva simboliza la expresión material de nuestra creencia en la inmortalidad del espíritu, en el misterio de la Resurrección.
Hecho con granos de trigo recuerda las palabras del Señor en el Evangelio de San Juan el Teólogo:
“De cierto, de cierto os digo, que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto” (Jn 12, 24)
Así de nuestra corrupción en la tierra surgirá la incorruptibilidad en el día de la Resurrección de los muertos. El azúcar, las pasas y las especies simbolizan la dulzura de la vida eterna, la verde y fragante hierbabuena la esperanza de la resurrección, los frutos secos los huesos de los que habla Isaías que serán revestidos de nuevo y los granos de granada la sangre redentora de Cristo
En la víspera del sábado, el viernes, en la Divina Liturgia de los Dones Pre-santificados después de la oración el Ambon, se lee el Molieben / Canon al Gran Martír Teodoro, compilado por el monje Juan Damasceno.
El sábado, al final de la liturgia, y después de ser
bendecidas, los sacerdotes y los fieles hacen oscilar en alto las Kolivas
mientras se canta el “Memoria eterna” simbolizando con ello los terremotos que
ocurrieron durante la Muerte y Resurrección de Cristo.
Compilación: Patriarcal Ateneo San Marcos
No hay comentarios:
Publicar un comentario