IV DOMINGO, LUEGO DE PENTECOSTES
Capilla de Piedra de San Jorge, San Vicente, Rep. Argentina
Invierno del 2021
En ese día, recordamos a San Athanasio el Athonita (conmemorado el 05 de julio en el
calendario eclesiástico), quién nació en la ciudad de Trebisonda, al norte de
lo que actualmente es Turquía. Huérfano, criado por monjas, se acercó a muy
temprana edad al mundo religioso ortodoxo. Empezó sus estudios en
Constantinopla, la capital del Imperio Romano de Oriente. Finalmente, será
recibido como monje en el Monasterio Kaisariani, en Atenas. Ese período fue muy fructífero en la vida de
Athanasios. Bajo la guía del Monje, San Miguel Meleinos, crecerá en su fé y
vida espiritual.
Un día, conocerá al sobrino de San Miguel, un militar
exitoso, que el destino lo llevará a convertirse en el emperador Niceforos II
Phocas, y que tendría gran importancia para la vida del monje Athanasios y de
la Santa Iglesia Ortodoxa.
Hubo un período de la vida del monje Athanasios que comenzó
una mayor búsqueda internándose en el “desierto”. Comenzará a realizar largas
marchas, que se convirtieron en viajes, apartándose de los lugares transitados.
Ese peregrinar lo llevaría a un sitio llamado MELANOS, en la península
Calcídica en la actual Grecia. En ese sitio, el monje Athanasios recibió el don
de la ternura, que lo llevó a decidirse en fundar en ese lugar un monasterio.
Fue en esa ocasión, cuando aquel joven militar que había conocido en Atenas,
terminaría siendo coronado Emperador del Imperio Romano de Oriente, y quién le
brindará toda la ayuda para construir el primer monasterio en ese lugar elegido
por él. Ese lugar, es lo que hoy conocemos como el MONTE ATHOS.
San Athanasios el Athonita
Para el cristianismo oriental, la expansión del Islam en
Palestina, Siria y Egipto, marcó una crisis en el desarrollo monástico de la
cristiandad en esas regiones. El inicio de la edificación del primer Monasterio
del Monte Athos, por el monje Athanasios, bajo jurisdicción del Imperio Romano,
significó un nuevo foco de luz para el crecimiento de la espiritualidad
monástica. En ese sentido, el Emperador Niceforo II, tuvo un papel fundamental
en nuestra historia.
En el año 1003, el monje Athanasios fallecerá junto a otros
hermanos, durante un derrumbe cuando se construía edificaciones del Monasterio.
Habiendo pasado ya 1.000 años, lo hemos recordado, en nuestra Divina Liturgia,
en nuestra pampa argentina, donde el sol se apareció tímidamente al mediodía
para dar respiro al fuerte viento del invierno.
Vladyka TEOFANO, Juan M. Garayalde
Archieparquía de la República Argentina
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