CUANDO EL PECADO ES UNA VIRTUD
El Pecado esta de moda. Los excesos son parte de las
búsquedas que toda persona anhela, para tratar de escapar efímeramente de una
vida a la que no se le encuentra propósito superior.
Rechazar el pecado, es para estos tiempos sinónimo de una
persona retrógrada, constituyendo una falta grave, no ser parte de esa cultura
ególatra, individualista, hedonista. Ahí sobreviene la verdadera exclusión,
donde, además, se termina insultando lo que es SAGRADO para uno. Y las palabras
“fanático”, “sectario”, “intolerante”, “fundamentalista” y tantas otras, son el
premio que la sociedad brinda a los que se oponen al oscurecimiento de todas
las cosas.
El PECADO está asociado al progreso, en tanto que el mismo
debe generar consumo, cultura, distracción y como condición esencial: generar
riqueza material.
Así, en los tiempos
en que más se tiende a defender los derechos de la mujer, son los tiempos en
los que más se lucra con su sexualidad.
Y para ellos, no hay contradicción.
En los tiempos en que se rechaza cualquier tipo de enseñanza
familiar religiosa para los niños, el ABORTO es la solución para los excesos de
una sociedad en el descontrol de sus impulsos sexuales, siendo que, al mismo
tiempo, se sexualiza a los niños a muy corta edad con una “educación sexual
integral”, ideada por pedagogos de la ignorancia. Y para ellos, no hay
contradicción.
Aquellos para los cuales el mundo está muerto, inundado en
el vómito de su enfermedad, son objeto de burla.
El pecador ríe del que desea ser fiel a su FE.
El pecador ríe porque posee el poder terrenal a su lado, que
hace su voluntad.
El pecador se ríe negando el MAL, pero este, esta presente,
riendo desde las tinieblas con sus fauces abiertas para recibir a los hijos del
siglo.
+Teofano, Juan M. Garayalde
Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero
Archieparquía de la República Argentina
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