miércoles, 21 de septiembre de 2022

EL HOMBRE CAIDO

 

EL HOMBRE CAIDO

 


Ciego, transita caminos, cual espectro tropezando a cada instante forjando la miseria futura de su alma.

 

Son los senderos oscuros, donde las ramas, como garras nos laceran, y en la oscuridad solo se escucha un viento que trae lamentos  de desolación, de aquellos que perdieron el rumbo.

 

El hombre es puente, un instante de penumbra entre la luz y el abismo. Para decidir, balbucean preguntas esenciales, muchas veces cuando ya es tarde.

 

Es también una llama, que pocas veces busca aire con aroma de incienso, para elevarse a los cielos. En vez de ello, se extingue, creando sombras a su alrededor.

 

Dentro del hombre, hay pasión, que destruye lo que odia y aquello que también ama.

Codicia para cubrir un vacío y desprecia cuando nada lo llena.

 

En él también hay ambición, pero también hay miedo, miseria y deshonra.

 

Pero todas estas cosas, lo hacen una criatura perfecta, porque todas sus falencias, no hacen más que volver más valiosa la LUZ tenue que hay en su interior, la del soplo divino.

 

El ser humano es un niño perdido, que debe agudizar su oído para escuchar a Aquel que ordena el desenlace de los vientos, cuya mirada rompe los abismos y cuya voz es la única, que nos guiará en el SENDERO de penumbra.

 

+Teofano, Juan M Garayalde

De lecturas juveniles

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