HALLOWEEN
EN BUSCA DE LAS RAÍCES DE UN OSCURO SINCRETISMO
Celebración del Halloween en una localidad de los Estados Unidos en las prímeras décadas del siglo XX
I – SAMHAIN: EL INICIO DE LA ESTACIÓN OSCURA
Hallowenn, o Noche de Brujas, es una “fiesta” que linda
entre una práctica que sobrevivió caprichosamente a través de los siglos
mutando y fusionándose en nuestras sociedades, a una expresión materialista de
la sociedad de consumo. Materializaciones del reino del Anticristo.
Los orígenes de la misma, pueden rastrearse a una festividad
pagana llamada SAMHAIN, que en gaélico significaba “fin del verano”.
Efectivamente, esta celebración era realizada en el mundo celta por los Druidas
(casta sacerdotal), la cual se cree que aproximadamente se celebraba entre el 5
de noviembre y el 7 de noviembre, marcando el “año nuevo” celta. Se realizaba
en los días previos al inicio del solsticio de invierno en el hemisferio norte, la estación "oscura".
Aunque poco se conocer acerca de la tradición druídica que nada dejó por escrito, nuestras fuentes las hemos obtenido a través de sus contemporáneos, los
romanos y primeros cristianos. En la fiesta del SAMHAIN, el mundo de los vivos y los muertos se
hacían uno. Los Druidas establecían contacto con sus antepasados, buscando la
guía de ellos para que los vivos alcancen la inmortalidad del espíritu. Los
espíritus de los fallecidos, en este tiempo festivo, visitaban sus antiguas moradas debiendo sus residentes recibirlos decorando sus casas y dejando luces en las puertas y ventanas. Los moradores, utilizaban disfraces para pasar desapercibidos antes esa visita del más allá.
Dios céltico CERNUNNOS.
Detalle de Cernunnos representado en la placa del "Caldero de
Gundestrup", hallado en Dinamarca en 1891.
II – CERNUNNOS, EL SEÑOR DEL OTRO MUNDO
La fiesta de SAMHAIN estaba consagrada al Dios Cernunnos,
Karneîos, que se lo representaba con cuerpo humano y con orejas y cuernos de
siervo, aunque a veces también se representaba con cuerpo de serpiente y con
cabeza de carnero. Este era el dios cazador de los bosques, pero también, el
Dios de la muerte y señor del otro mundo, lo cual llama mucho la atención con
lo que posteriormente serán las representaciones del Demonio en la tradición
cristiana.
La palabra Karneîos, tiene una similitud con la palabra
griega Kerainos (rayo) y también está presente la raíz hebrea de KRN, que
significa “rayo de luz”, implicando lo que esta en potencia, manifestándose; que viene de “lo alto”.
Cernunnos, era el dios del “alto lugar”, que en la tradición druídica, se
representaba con los TUMULUS, o CAIRN, esto es: montículos de tierra y piedras
levantadas sobre una tumba o conjunto de tumbas. En el presente, estaríamos
hablando de “mojones” que tienen como propósito brindar referencia del sitio en
el que uno está o al cual se dirige.
En las estepas de Asia, dichos monumentos funerarios se llamaban los KURGAN,
palabra derivada de un antiguo dialecto turco, cuyo significado posible
originario era “fortaleza”.
Hilando lo dicho hasta aquí, Cernunnos se encontraba en lo alto de los
monumentos funerarios, marcando el paso del mundo de los vivos al mundo de los
espíritus.
Dios céltico CERNUNNOS.
La imagen fue hallada en el “Pillier des Nautes” (Pilar de los Nautas), monumento erigido en una zona considerada sagrada por los antiguos celtas. En
el año 528, los cristianos erigieron la iglesia de Saint Étienne en su lugar. En el año 1163, en época de los templarios, se edificó sobre la iglesia un
nuevo templo: la catedral de Notre-Dame de París. Siglos después, en tiempos de Luís XIV (1710), a raíz de unas excavaciones, se
encontró el santuario céltico en la cual se halló la imagen en piedra.
III – EL “MÁS ALLÁ” DEL MUNDO CELTA
¿Qué entendemos por la muerte, el “más allá” en la religión
celta?
Los antiguos celtas denominaban al mundo de los espíritus
como el TIR NA N´OG, cuyo significado es “la tierra de los siempre jóvenes”, un
mundo -que en tradiciones irlandesas estaba representada por una Isla-, donde
los muertos conviven junto a los dioses. El mismo, no tiene muchas diferencias
con el mundo terrenal. Este es definido como un PARAISO, una tierra de hermosos
paisajes. También en dicha tradición encontramos el “Paradisus Avium”, una
tierra -como su nombre bien lo dice- paradisíaca donde los pájaros eran sus mensajeros en el mundo de los
vivos. En el monacato occidental, se hallan las sagas de San Brandán, que se
hace eco de estas tradiciones célticas.
Para los druidas, la naturaleza era su ámbito de trabajo,
siendo entre otras cosas, hábiles conocedores de las plantas medicinales. Sus
lugares sagrados donde realizaban sus ritos, que denominaban Nemeton (de nemed
= sagrado), fueron profundas cuevas, antiguos menhires, claros en los profundos
bosques, nacientes de manantiales, o en antiguos árboles que con sus raíces y
copas, parecían unir el cielo y la tierra.
Entre los nemeton donde celebraban los ritos, se producía la
interacción, entre el SHI, elemento divino, y el mundo. El SHI era la bisagra
con el mundo de los espíritus, el TIR NA N´OG.
En la fiesta de SAMHAIN, la deidad Cernunnos era quién habría las puertas del
TIR NA N´OG a pedido de los Druidas, para que el mundo de los espíritus
traspase y se haga presente en el inicio del invierno, la Estación Oscura.
Tumulus de Kernours, hallado en Le Bono, Morbihan, Inglaterra.
Lugar sagrado de la antigua religión de los druidas.
IV – EL CRISTIANISMO FRENTE AL MUNDO CELTA
La desaparición de la tradición celta del mundo europeo, no
se da con la adopción por parte del Imperio Romano de la tradición cristiana.
Aquella le sobrevivió muchos siglos, eludiendo a los misioneros
cristianos y sus ejércitos, y acechando en las sombras a los monasterios que iban
expandiéndose por todos los territorios donde los pueblos celtas habitaron.
Por ejemplo, existen antiguos poemas como el “Acallam na
Senórach” (Historia de los Ancianos), siendo su autor el poeta Ossian,
considerado, el Homero de las tradiciones Celtas. En el mismo relata un curioso
encuentro con San Patricio, en el cual este último intentará convertirlo al
cristianismo y Ossian se negará a renunciar a la religión de sus ancestros.
Ossian relatando sus sagas a San Patricio
Esta realidad que se vivió en el Medioevo, provocó que la
Iglesia intentara durante el primer milenio, borrar el paganismo en Europa, o
de absorber/disolver esa espiritualidad pagana con sus fiestas religiosas.
Esto, en muchos casos, derivo en un sincretismo. A modo de ejemplo, de este
avance de la Iglesia en la vieja Europa, el Papa Gregorio IV, que gobernó el
Patriarcado de Roma entre el 827 y el 844, pasará la Fiesta de todos los
Santos, del 13 de mayo -instaurada por el Papa Gregorio III-, al 1 de
noviembre. Por su parte, la Iglesia Ortodoxa, mantuvo hasta nuestros días la
conmemoración de los Santos, para el primer domingo después de Pentecostés.
Como en toda celebración litúrgica, existe un oficio de
VÍSPERA para la celebración de la misma, y en el caso del Día de los Difuntos,
la misma se denominaba en escoces Allhallow-even, siendo “Hallow” una forma
antigua, ya en desusó, de traducir la palabra “santo”. De esta manera, lo que
hoy conocemos como Halloween, es la “Víspera de todos los Santos”.
Importante es también destacar, que con posterioridad, San
Odilón de Cluny (962/1049) en plena tierra celta, crea un día especial para
rezar por los Santos Difuntos, situando dicha fecha al día siguiente de la
Fiesta de los Santos, eso es, el 02 de noviembre. Recién en el siglo XVI, será
una celebración para toda la ecúmene romana. Ya ahí notaremos divergencias con la tradición Ortodoxa, puesto que dicha fiesta esta dirigida a
los fieles difuntos que no gozan de la presencia de Dios, en tanto se estarían
purificando en el purgatorio, a causa de los pecados realizados en vida.
En la tradición ortodoxa, se celebra el Martes de Radonitsa
(“Día de regocijo”), 9 días luego de la celebración de la Santa Pascua de la
Resurrección. Coincidentemente, también posee un origen pagano por aquellos
pueblos que habitaban antiguamente en el mundo eslavo, permaneciendo vigente
dicha tradición hasta nuestros días, pero ya adoptada, cristianizada, por la
Iglesia Ortodoxa.
¿Por qué un día de regocijo?. Los días sábados, la Iglesia Ortodoxa dedica al recuerdo de los santos difuntos, pero durante las celebraciones pascuales, esto se obvia. Como consecuencia, 11 días posterior a la Pascua, en una celebración especial, se
oraba por el nacimiento de sus seres queridos al cielo.
La celebración tenía lugar, en principio, en el templo, y
luego los fieles y el clero, visitan los cementerios de la parroquia, llevando
alimentos para comer junto a las tumbas de sus seres queridos, las cuales son
adornadas con iconos, mantos coloridos, velas, y por sobre todo, dejando un
huevo sobre la tumba, símbolo de la resurrección y del saludo Pascual.
Cuadro que representa la celebración del Martes de Radonitsa en la tradición ortodoxa eslava.
V – EL RENACIMIENTO NEO-PAGANO
A fines del siglo XIX, y principalmente durante el
siglo XX, acontece un renacimiento de la fiesta de SAMHAIN en los
Estados Unidos y Canadá, donde llegaron gran cantidad de inmigrantes irlandeses
que venían huyendo de la gran hambruna desatada en su país (1845-1849). Como
fecha indicadora que nos indica la expansión de la fiesta de Halloween (Samhain), es el año 1921,
donde se realiza un primer importante desfile en la ciudad de Anoka, Minnesota.
Foto antigua de celebración del HALLOWEEN en los Estados Unidos a principios del siglo XX
No podemos obviar en este escrito, la importancia del
surgimiento del neo-paganismo de la WICCA. Dicha “religión” fue
impulsada por el escritor británico Gerald Gardner (1884-1964), antropólogo,
ocultista y “mago”, quién escribió una serie de libros sobre magia y
hechicería, argumentando que su fuente de información eran "brujas"
que lo habían iniciado en esos saberes paganos.
El autor, quién se rodeo de ocultistas, “magos” y
“sacerdotisas”, denominaba a sus alumnos “Wica”, palabra que proviene del
inglés antiguo, cuyo significado es BRUJO.
Desde entonces, y a lo largo de las siguientes décadas, esta "tradición" generó un “renacimiento” pagano, que por ejemplo se
propagó en la música contemporánea, rescatándose antiguas
danzas y bailes paganos, pasando por adaptaciones en música electrónica hasta una poesía pagana anticristiana, presente por ejemplo en algunas bandas de rock, destacándose el death metal.
Otro fenómeno cultural donde el neo-paganismo se difundió, ha sido el feminismo
contemporáneo que reivindican la sociedad "Matriarcal",
llegándose a realizan ritos públicos de carácter satánico para protestar en favor de una
ley de ABORTO (sacrificio de niños) sin limitaciones, situando a la Iglesia
como su principal adversaria en esta guerra contra el modelo "patriarcal".
El Siglo XX y primeras décadas del XXI, fue testigo de
graves crisis en la cristiandad. Por un lado, en la Santa Rusia surgió el
comunismo genocida, que provocó fuertes rupturas en la Iglesia Ortodoxa, que
hasta el presente la mantiene desunida, a pesar de un evento histórico como lo
fue el Santo y Gran Concilio Ortodoxo de Creta del año 2016. Por su parte, la
Iglesia Romana, inició un fuerte proceso de aggiornamiento como consecuencia de
lo aprobado en el Concilio Vaticano II (1962-65), y las ultimas novedades del Sínodo
para la Amazonia de octubre de 2019, todo ello acompañado por un proceso de
judaización de la sociedad y cultura occidental, con sesgo anti-cristiano; y un
crecimiento desmedido del fundamentalismo islámico, dirigido contra las
naciones “pseudo-cristianas”, orgullosa de su pasado masónico, como es el caso de los Estados Unidos y sus circunstanciales
aliados en sus intervenciones militares en Latinoamerica, Medio Oriente y Asia.
Gerald Gardner, de pié, realizando uno de sus rituales
VI – CONCLUSIONES
El mundo celta y el mundo cristiano, no poseen puntos de
contacto entre sí, hablando de lo estrictamente exotérico -manifestación de sus
ritos, creencias e historia sagrada-, pero SI tuvieron un
encuentro/confrontación en un momento de la existencia de ambos, prevaleciendo
el segundo por sobre el primero.
Aquello que ha sobrevivido del mundo celta, ha sido, por un
lado, una búsqueda nostálgica de mundos y creencias desaparecidos, y en el otro
extremo, un renacimiento artificial de celebraciones y creencias que no tienen
asidero espiritual con los antiguos druidas. De esta manera, se invocan fuerzas
desconocidas, con ritos que serían imposible de asegurar que sean los
originarios, y celebrantes, incapacitados para trasmitir una fuerza espiritual
ancestral. Por ese motivo, este renacimiento “neo-pagano” es ARTIFICIAL, siendo
aún más peligroso esta característica, en tanto el mismo surge como
respuesta/propuesta satánica, desafiante al Cristianismo.
Como cristianos, debemos respetar aquello que ha sido, y que tuvo un tiempo de
manifestación como lo fue la tradición celta. Todo lo pasado es enseñanza, es
comprensión de la historia del hombre y su relación con lo DIVINO. Es así que
podemos, para finalizar este escrito, hacer una relación entre la deidad del
Cernunnos/Karneîos con aquellos principios perennes que en el presente viven en
nuestras mentes.
Como hemos dicho, el Cernunnos mediaba entre el mundo de los
vivos y los muertos. Su etimología tanto griega como hebrea hacía referencia al
“rayo de luz”, y el mismo era representado con cuernos, termino que también
derivara posteriormente en su uso, traducción inmediata. Asimismo, descubrimos que de dichas raíces
etimológicas deriva el término CORONA (cornu, corona). Las puntas de los
cuernos, representan también el centro-origen de la futura fertilidad, del
renacer de sus hojas y semillas, cuando el invierno haya pasado. De la misma
brotará la vida. Por su parte, la Corona, representa en la Realeza, el pontifex
(hacedor de puentes), aquel que debe guiar a su pueblo a la VIRTUD, adquiriendo
su sabiduría “de lo alto”, que emanará como “rayo de luz”. En el Corán, al
conquistador Alejandro Magno, se lo denomina Dhul-Qarnayn, “el de los dos
cuernos”, aquel que domina oriente y occidente, el día y la noche y demás
opuestos que se unen, y reconcilian en el pontifex.
La corona, no necesariamente ha sido siempre de metales
preciosos, otras veces, han sido ramas espinosas, las mismas evocando también
esos “rayos de luz”. Y fue Nuestro Señor Jesucristo, el Dios hecho Hombre,
coronado con espinas, que venció a la muerte (la oscuridad, simbolismo de la larga noche invernal) para redimir al mundo y marcarnos el camino (“La resurrección de los
muertos”).
Es el pasado, símbolos sagrados que recogemos de mil caminos
olvidados y mil vientos que los surcan, que hacen música atravesando los bosques y sus piedras apiladas, que se revelan en nuestra Cristiandad, que se hacen presentes, que
construyen lo eterno, guiándonos en nuestra conquista del Reino de los Cielos.
S.E. Vladyka TEOFANO, Juan M. Garayalde
Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero
Archieparquía de la República Argentina
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