ORACIÓN POR
EL CORONAVIRUS
Metropolitano
Joel de Edessa
Patriarcado
de Constantinopla
"Señor
Jesucristo nuestro Dios, el médico principal de nuestras almas y cuerpos, quien
se hizo hombre para que nosotros curemos la gran herida de la humanidad; Quien
no rechazó a los diez leprosos que padecían una enfermedad incurable, sino que
los purificó por Tu gracia salvífica; Quien, siendo Dios-hombre, pasó Tus días
en esta tierra sirviendo y sanando a todos los enfermos y sufrientes; Quién
sirvió y restauro la salud de los paralíticos, los ciegos, los que habían
cometido pecados graves, los endemoniados y los que sufrieron tanto en la carne
como en la mente, ahora acepta amablemente nuestra súplica y por Tu poder
expulsar este virus mortal que tiene la forma de una corona, lo que ha traído
miedo e incluso la muerte a quienes están enfermos y sufren injustamente.
Y si, debido
a nuestros muchos pecados, has permitido que esto este cumpliéndose, te
suplicamos que seas misericordioso, para que puedas alejar esto de nosotros y
del mundo entero.
Si has
permitido que esto se presente como una prueba de fe, pon fin a los problemas
de los enfermos debido a esta epidemia.
Si esto se
ha extendido debido a la maldad del adversario o la indiferencia de las
personas frívolas, extingue con tu fuerza, Dios todopoderoso.
Protege a
los jóvenes, vigila a los que se han enfermado y sana a los ancianos que han
sido infectados por este virus maldito. Además, purifícanos a todos del
malestar del corazón, y en lugar de esto, concédenos salud, comodidad y
progreso, a través de las intercesiones de Nuestra Santa Theotokos y de todos
tus santos.
Amén."
PANDEMIA -
El miedo que paraliza
¿QUE HACER?
Lo que
coinciden todos los ministerios de salud, opinólogos y especialistas: Debemos
ser cuidados con nuestra higiene personal, protegernos y proteger al resto.
Tener RESPONSABILIDAD.
Como fieles
de la Santa Iglesia: volquemos nuestras oraciones a la Santisima Theotokos para
que nos protega de todo mal.
En tiempos
de libertad, en tiempos de persecución, en tiempos de pestes y tinieblas, la
IGLESIA estará siempre abierta para recibirlos.
La Santa
Eucaristía no es y no podría ser jamás causa de enfermedad o muerte, sino
fuente de una nueva vida en Cristo, de perdón de los pecados y de salud para el
alma y el cuerpo
No esperen
nada de los gobiernos, principalmente de aquellos que vanidosamente se miran al
espejo a través de las encuestas de popularidad, que nada planifican o
previenen, que se rigen sin ética y principios. Una "peste" que
también mata con su desidia.
Ojala que en
estos tiempos de duras pruebas, nuestros políticos asuman que son
intermediarios entre la sociedad y Dios, como lo fue desde siempre, y
reaccionen y den todo de ellos para asistir a su pueblo.
Tengamos FE
en Dios, Uno y Trino en estos momentos y seamos responsables con nuestras vidas
y principalmente con la de los demás.
Y este
Domingo del Señor: "RECIBE EL CUERPO DE CRISTO, PRUEBA LA FUENTE DE LA
INMORTALIDAD"
Xristos
Anesti!
+TEOFANO,
Juan M. Garayalde.
Iglesia
Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero
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