LA DEPRESIÓN Y LA TRAMA OCULTA DEL MUNDO
La DEPRESIÓN invade nuestras vidas. Esta tiene varias
máscaras, síntomas, que son muy visibles y que exceden el simple abatimiento.
Eso esto es, con dolores de cabeza, insomnio, desarreglos alimenticios, dolores
estomacales, y múltiples factores donde suele cometerse el error de atacar los
síntomas, y no la causa.
La Amma Synclética de Alejandría del siglo IV, anacoreta,
Madre del Desierto, autora de la obra Арорhthеgmаtа Маtrum, nos aporta una
importante distinción: la “tristeza útil” y la “tristeza nociva” (1). Empecemos
a definir la segunda, que nos es familiar y común a todos: es la aflicción a la
que nos arrastra las pasiones del mundo. Es la preocupación por no tener el
último modelo de celular, de no tener las mejores herramientas para el trabajo,
de no soportar a los familiares que lo rodean, a estar disconforme con todo lo
que se tiene, en tanto los mismos, no le brindan destellos de “felicidad”,
saciedad, constante. Esta disconformidad y ensimismamiento sobre y por lo
mundano, tiene un causante: el Maligno.
El ser humano acude al médico, que, en los tiempos modernos,
su formación toma distancia de lo espiritual, y se atiene a lo estrictamente
físico. El ser humano para la medicina moderna, es una maquina perfecta, a la
cual se debe equilibrar para su buen funcionamiento. El médico moderno es
apenas un mecánico, que devuelve el vehículo a su carrera desenfrenada para
llegar a una meta ficticia, queriendo eludir en todo momento a la MUERTE.
De esta manera, muchos no lograrán ver esa “meta” jamás, y
sus vidas se inundarán de profunda tristeza, o por el contrario: enojo, ira,
hacia todo lo que lo rodea y no lo satisface, llevándolo a la violencia contra
sus semejantes.
Amma Synclética nos hablará como contraparte de una
“tristeza útil”, como “aquella que nos hace llorar por nuestros pecados y por
la enfermedad del prójimo” (2). Tal como
afirmada San Pablo en su segunda carta de Corintios: “… la tristeza según Dios
produce firme arrepentimiento para la salvación; más la tristeza del mundo
produce la muerte” (2Cor 7,10). Aquí, el ser humano, se pone de pie ante la
enfermedad que corroe a la humanidad desde “la caída”. Comprende la “trama”
oculta del mundo, la trampa que el Maligno le ofrece a través de las
voluptuosidades del mundo.
Para apartarnos de la “tristeza nociva”, Amma Synclética nos
recomienda la oración y la salmodia, o sea, ese revestimiento sobrenatural que
nos provee tener presente al Señor en nuestros labios, mente y corazón. Edificar espiritualmente un muro inexpugnable
que desprecie lo mundano, aquellos castillos de arena que denodadamente el
hombre moderno edifica frente a sus ojos provocando mayor y mayor dependencia y
sumisión al Maligno, y un olvido Dios.
Un aporte de gran significatividad que nos brinda Amma
Synclética, es el papel de la enfermedad física como verdugo de las
enfermedades espirituales: “Esas amenazas mortales (las pasiones) son en efecto
abatidas por la enfermedad como remedio superior y poderoso. He aquí la gran
ascesis: soportar pacientemente las enfermedades y dirigir al Todopoderoso
himnos de acción de gracias” (3)
Lo afirmado por la Santa, no es algo ajeno a su experiencia
de vida, sino, por el contrario, ella tuvo que soportar durante largo tiempo un
cáncer que iba destruyendo su cuerpo y su fortaleza en Cristo le impidió caer
en el vacío de la desesperación. Su legado espiritual cobra significativa
relevancia en un mundo que anhela el transhumanismo, prologando la vida física
más allá de humano, disolviendo el motor espiritual que da vida al hombre y al
mundo.
Vladyka TEOFANO, Juan M. Garayalde
Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero
Circulo de Terapias Espirituales (CiTE)
NOTAS:
(1) Ver: Apotegmas de las Madres del Desierto, Editorial
Olañeta, España 2006, Pag. 55
(2) Idem ant.
(3) Ob. Cit, Pág. 52.
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