LAS VOCACIONES DE LA IOBE
Estimados Hermanos en Cristo!
¡Cristo ha resucitado!
Escribo estas notas movido por situaciones que a lo largo
del tiempo, desde mi ingreso a la iglesia como seminarista allá por el 2004, en
la Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero (IOBE).
VOCACIONES
Muchas personas ingresaron a nuestra IOBE y muchos salieron
de la misma. Algunos creen que estas situaciones son extraordinarias para todas
las iglesias, pero realmente no lo es. La vocación religiosa muchas veces es
tomada como una más a las que podríamos requerir buscándolas en un libro de
carreras universitarias. Viendo los pro y contra de la elección que tomemos:
carreras breves, carreras con salida laboral inmediata, algunas que estén de
moda, otras que garanticen buenos ingresos, etc. Son pocos los que eligen que
camino transitar, sin importar las adversidades de la misma. Ahí está presente
la VOCACIÓN.
La palabra VOCACIÓN, se traduce del griego κλητοι (convocado, invitado), que
traducido al latín se utiliza la palabra “vocati” (Mateo 20,14), que es como
llega al castellano con el término “vocación”, esto es, los “llamados”. Dicha
palabra, será utilizada casi con exclusividad para el camino religioso, y recién
en el siglo XX, la misma se utilizará para la elección de un estudio
universitario definido.
Muchos seminaristas que llegaron a la IOBE ni siquiera
iniciaron sus estudios. Vieron complicados los ejercicios del Seminario, que
nada se regalaba, que todo exigía esfuerzo, y desistieron. Otros, lo iniciaron,
pero con el tiempo dejaron el camino. Todo esto depende de situaciones
familiares, estado de ánimo, de idealizar cosas que no son, y finalmente,
desanimarse y buscar excusas para tomar distancia.
CANONICIDAD
Como siempre se ha afirmado, la IOBE es una iglesia de la
familia de las “no canónicas”, como muchas que existen, y otras que algún día
pasarán a la “canonicidad” ni bien el primos inter pares de la Ortodoxia, el
Patriarca de Constantinopla, lo apruebe.
Como enseñamos en nuestro Seminario del Patriarcal Ateneo
San Marcos, fundado en los años ´80 del siglo pasado por Su Beatitud Athanasios 1° Aloysios, de Eterna y Santa Memoria, el origen de distinción
“canónico” y “no canónico” es totalmente azarosa, y esencialmente una
discriminación de índole política, más no un problema teológico/litúrgico que
tuvieran aquellas iglesias que no están en el círculo de los “canónicos”; o por
lo menos esos argumentos serían utilizados en una instancia posterior, y no causal.
De igual manera, hemos de reconocer que dentro de la familia
de las “no canónicas” existe una decisión de no formar parte de las Iglesias
actualmente reconocidas por el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla. Ello
por diferentes motivos que exceden el presente escrito.
Una de las razones que esgrimen seminaristas que se apartan de sus estudios, es que muchas
veces han cometido la infidencia de hablar desenvueltamente con otras iglesias
ortodoxas, que plantean la “no canonicidad” como algo de enorme gravedad. Tomar
contacto con los “no canónicos”, hasta pondría en riesgo la propia “salvación”
del incauto que se acerque a ellas, iglesias de “falsos ortodoxos”.
Todos hemos participado en foros donde muchas veces personas
jóvenes y no tanto, son instruidos para decir cosas muy fuertes y lacerantes
contra las iglesias “no canónicas”, bajo la protección que le brindan las redes
sociales, y el anonimato en algunas ocasiones.
Ahora, esa actitud para nada cristiana, se han vuelto contra
sus instigadores: iglesias “no canónicas” con una tradición fuerte en la
ortodoxia, con una sucesión apostólica indiscutible, y con una claridad
meridiana de lo que significa acatar los Santos Cánones, hoy ejercen el mismo
cuestionamiento sobre las iglesias “canónicas” que tienen sus problemas y
algunos de enorme gravedad, desde la adopción del calendario gregoriano, hasta
recientemente, el frustrado Concilio Pan
Ortodoxo de Creta del 2016, que ha puesto en virtual cisma a la ortodoxia,
entre los partidarios del Patriarcado de Moscú y los del Patriarcado de
Constantinopla, y con una guerra en el medio, donde ambos son protagonistas.
ROMA
Volviendo al tema que nos compete, también seminaristas han
querido tener “aceptación” por parte de miembros de la Iglesia Romana, y
también los han desanimado de continuar su vocación dentro de la IOBE. Obviamente ¿qué iban a sugerir? ¿Qué
abandonaran felices la romanidad para abrazar otra tradición cristiana?.
Como excusas enarbolaron a veces la cuestión de la “no
canonicidad” de la IOBE. Que un romano opine sobre lo “canonico” y “no
canonico” en la ortodoxia es como nosotros que opinemos sobre los problemas del
actual papado de S.S. Francisco en conflicto con las propuestas progresistas
de cambio de la Asamblea Sinodal
alemana. En este caso, como Ortodoxos, no tenemos por qué opinar oficialmente
al respecto y menos exigir que abandonen
dicha iglesia por su crisis interna.
Existe también esa necesidad por parte de los seminaristas
que han tenido alguna formación o camino en la Iglesia Romana, de ser aceptados
y reconocidos por ellos como ortodoxos. Ese mal persiste hasta en cierto tipo
de clero ordenado de la IOBE. ¿Por qué esa necesidad de recibir su aceptación? La respuesta que hemos de dar, es dura:
porque todavía ese seminarista o miembro del clero, no ha abrazado la ORTODOXIA
en su plenitud, que lo haga sentir a uno seguro del camino elegido y no
temeroso de su elección.
VIRTUDES Y DEFECTOS
Toda institución religiosa tiene sus fallas. La IOBE los
tiene, y somos los primeros autocríticos. No necesitan decirnos en que
fallamos. Tratamos de construir teniendo claro nuestras virtudes y aún más
claro nuestras falencias.
Algunos han partido
para buscar profundizar el camino de la ortodoxia en otras iglesias más
tradicionales y opuestas a todo proceso de modernización. Si es una búsqueda
sincera y respetuosa, es deber de todo guía espiritual apoyar. Ahí la VOCACIÓN está viva y presente.
CONCLUSION
Donde la VOCACIÓN se ha encontrado ausente, o flaquea ante
la primera adversidad, es lo que ha provocado que a lo largo de la historia de
nuestra Iglesia, muchos hayan abandonado su camino, porque la vocación
sacerdotal, no es un premio a los méritos que uno pretende tener, sino una
entrega a Cristo, una promesa, un compromiso, que trasciende las autoridades
físicas del momento histórico de dicha iglesia.
El compromiso es con CRISTO y, por su parte, a la jerarquía de la Iglesia, son sus intermediarios, le corresponde lograr que el Sacerdocio cumpla su propósito para con los fieles que necesitan de la Iglesia, que se sienten Iglesia.
Las alegrías y tristezas abundaran en este camino. Tratamos con almas y espíritus quebrados, y personas que quieren escuchar de nuestra boca el mensaje de Cristo para sus familias.
Logremos que la IOBE extraiga lo mejor de la Ortodoxia y lo mejor de 500 años de evangelización romana en América. Es un gran desafío, al cual todos están invitados.
Uno no puede esperar que la Iglesia sea el lugar de la salvación para las motivaciones terrenales de uno. Hombres con sed de santidad construyen la iglesia. Hombres tibios, dubitativos, vencidos bajo las tentaciones de las tinieblas, hacen de la Iglesia una trampa mortal para los fieles.
No permitamos eso.
¡CRISTO HA RESUCITADO!
Vladyka Teofano
Archieparquia de la República Argentina
Secretario de Asuntos Externos IOBE/AOCC
Buenos Aires, 17 de mayo de 2023
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