26 de Mayo de 2023 / 13 de Mayo de 2023 – Calendario
Eclesiástico
SANTOS MARTIRES DEL MONASTERIO DE IVERON MASACRADOS POR LOS
CRUZADOS
I – GEORGIANOS EN EL MONTE ATHOS
Los monjes georgianos comenzaron a iniciar peregrinaciones
al Monte Athos por el siglo X, bajo la protección del Imperio Romano de
Oriente, el cual garantizaba las rutas del Asia Menor (actual Turquía) hacia la
península griega.
Entre el año 980 y 983, dos monjes georgianos llamados
Ioannis y Efthymios, provenientes del Reino de Iberia pondrían las bases del
nacimiento del Monasterio de IVIRON, considerado tercero en jerarquía de todos
los monasterios que actualmente pueblan la montaña sagrada de Athos.
Los monjes habrían recibido la visita de la Virgen María que
se regocijo con la obra llevada a cabo por los monjes, motivo por el cual dicho
monasterio se convirtió en muy devoto de la panaghia (toda santa) Theotokos. En
el mismo, se encuentra el famoso Icono de Iver, perteneciente a la familia de
imágenes denominada la odighitria, la que “muestra el camino”, como también es
denominada “la portaitissa”, por un milagro atribuido a que eligió estar en las
puertas del monasterio para recibir a las nuevas vocaciones. El icono de Iver
es aquel atribuido a San Lucas, y que
sobreviviera milagrosamente al periodo iconoclasta, cuando fuera golpeado por
la espada de un soldado romano en el rostro de la Virgen y que del mismo corte,
surgiera unas gotas de sangre.
II – LA CRISIS DEL IMPERIO ROMANO DE ORIENTE
El 15 de agosto de 1261, Miguel VIII Paleólogo ingreso a la
Ciudad de Constantinopla, derrocando el Imperio Latino instaurado por la IV
Cruzada. Se daba inicio a la última
dinastía del Imperio Romano de Oriente, los Paleólogos.
Dicha dinastía, entendía que el gran enemigo del Imperio ya
no lo constituían los latinos que no supieron gobernar la gran capital del
Imperio, sino el empuje de los ejércitos otomanos adherentes a una Fe contraria
al Cristianismo. Tanto Miguel VIII como sus sucesores, entendían que los partidarios
del Papa Latino, debían ser aliados y no enemigos del Imperio de Bizancio, por
lo tanto, inicio negociaciones para llegar a una paz duradera y preparar una
cruzada que expulse a los otomanos de las tierras del Imperio Bizantino y por
sobre todo, Tierra Santa.
Como consecuencia, ni bien el Emperador Miguel VIII retomo
el control de la ciudad de Constantinopla, inició diálogos con el papado para
establecer una unión entre la iglesia romana y la ortodoxa.
III – EL CONCILIO DE LYON DEL 1274
El siglo XIII revelaría una Iglesia de Roma con gran fuerza
política y económica, principalmente luego del Concilio de Letrán del 1215 que
reunió a importante obispos de toda la cristiandad, a excepción de la Iglesia
Ortodoxa Griega, a la cual se le dedicó el Canon Nro. 4, en la que se la
exhortaba a someterse a la autoridad del Papa: un único pastor, un único
rebaño. Se afianzaría una teología donde se pondría como “Piedra” (Mateo 16:18)
fundamental de la Iglesia a San Pedro y al Papa como su sucesor.
Estando muchas tierras del Imperio Bizantino, todavía en
manos de los aliados del papado, el Emperador Miguel VIII de Bizancio, apoyará
la “unión con Roma” para poder reunificar su Imperio y hacer frente al enemigo
musulmán. Por tal motivo, junto al Patriarca de Constantinopla, Juan XI
(Bekkos), partidario de la unión. De esta manera, el Patriarcado de
Constantinopla participaría en el Concilio de Lyon del año 1274, auspiciado por
el Papa Gregorio X, poniendo a San Buenaventura (que fallecerá durante el
Concilio), como negociador con los bizantinos, los cuales cederán ante temas
que la Iglesia Ortodoxa tenía razón en su rechazo visceral: la primacía papal,
y la filioque como temas centrales.
Para el Emperador Miguel VIII Paleólogo, el Concilio fue
positivo, en vista a que su principal objetivo era sostener un imperio
devastado que heredaba. El dialogo con el papado le significó el pedido de
organizar una nueva cruzada y alentador había sido la presencia en el Concilio,
de embajadores del Khan de los Tártaros, que se encontraban a espaldas del
imperio otomano, y que con su apoyo, podrían coordinar ataques simultáneos
entre ambos frentes para debilitar al enemigo común de ambos.
Sin embargo, la unión de Lyon duró poco entre la Iglesia de
Roma y la Iglesia de Constantinopla. Ello por el rechazo por parte del clero de
la cristiandad ortodoxa, y la enemistad del pueblo bizantino con los romanos
luego, luego del saqueo de Constantinopla con la IV Cruzada y el forzado reino
latino que había dado muerte Miguel VIII, tan fresco en la memoria de los
romanos de oriente.
IV – LOS MÁRTIRES DE IVERON
Icono de San Kosmas “el Protos”, que fuera ejecutado mediante la horca.
Cuando las noticias sobre la unión de Lyon entre la Iglesia
Ortodoxa y la Iglesia Romana llegaron a la Santa Montaña de Athos, el rechazo
se hizo sentir en todos sus monasterios. Para entonces, el Emperador Miguel
VIII no tenía el control total del Imperio, y las tropas de los cruzados
dominaban ciertos lugares, principalmente en Macedonia y Grecia.
Las tropas papales, tuvieron el control sobre la Montaña
Sagrada entre 1259 y 1306, cuando finalmente fueron expulsados. En todo ese
período exigían a los habitantes de la santa montaña que se convirtieran a la
iglesia romana y se sometieran a la autoridad papal. El rechazo constante
llevaba a estos últimos a hacer pillajes, maltratos y asesinatos de monjes.
Cuando se iniciaron las airadas protestas contra lo decidido
en el Concilio de Lyon, los cruzados intervinieron para restaurar el “orden”,
tomando como prisioneros, torturando y asesinando a muchos monjes de los
Monasterios de Zographou, Vatopaidi , Jenofonto e Iveron.
Según el Athonite Paterikon, los monjes de Iveron fueron
expulsados por la fuerza de su monasterio. Cerca de doscientos monjes ancianos
fueron maltratados por las tropas cruzadas y llevados a un barco, el cual luego
fue hundido en el mar. En cambio, no menos suerte corrieron los monjes más
jóvenes, que fueron deportados a Italia y vendido como esclavos a los judíos.
El período de mayor represión fue entre 1276 y 1280, fecha esta última cuando fuera
martirizado San Kosmas “el Protos” de la Skete de Karyes en 1280, junto a otros
hermanos.
Compilación: Patriarcal Ateneo San Marcos
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