sábado, 27 de mayo de 2023

Santos Martires del Monasterio de Iveron

 

26 de Mayo de 2023 / 13 de Mayo de 2023 – Calendario Eclesiástico

 

SANTOS MARTIRES DEL MONASTERIO DE IVERON MASACRADOS POR LOS CRUZADOS

 


Icono de los Mártires de la Montaña Sagrada durante la ocupación de las tropas del Papado.


I – GEORGIANOS EN EL MONTE ATHOS

 

Los monjes georgianos comenzaron a iniciar peregrinaciones al Monte Athos por el siglo X, bajo la protección del Imperio Romano de Oriente, el cual garantizaba las rutas del Asia Menor (actual Turquía) hacia la península griega.

 

Entre el año 980 y 983, dos monjes georgianos llamados Ioannis y Efthymios, provenientes del Reino de Iberia pondrían las bases del nacimiento del Monasterio de IVIRON, considerado tercero en jerarquía de todos los monasterios que actualmente pueblan la montaña sagrada de Athos.

 

Los monjes habrían recibido la visita de la Virgen María que se regocijo con la obra llevada a cabo por los monjes, motivo por el cual dicho monasterio se convirtió en muy devoto de la panaghia (toda santa) Theotokos. En el mismo, se encuentra el famoso Icono de Iver, perteneciente a la familia de imágenes denominada la odighitria, la que “muestra el camino”, como también es denominada “la portaitissa”, por un milagro atribuido a que eligió estar en las puertas del monasterio para recibir a las nuevas vocaciones. El icono de Iver es aquel atribuido a San Lucas, y  que sobreviviera milagrosamente al periodo iconoclasta, cuando fuera golpeado por la espada de un soldado romano en el rostro de la Virgen y que del mismo corte, surgiera unas gotas de sangre.

 

II – LA CRISIS DEL IMPERIO ROMANO DE ORIENTE

 

El 15 de agosto de 1261, Miguel VIII Paleólogo ingreso a la Ciudad de Constantinopla, derrocando el Imperio Latino instaurado por la IV Cruzada.  Se daba inicio a la última dinastía del Imperio Romano de Oriente, los Paleólogos.

 

Dicha dinastía, entendía que el gran enemigo del Imperio ya no lo constituían los latinos que no supieron gobernar la gran capital del Imperio, sino el empuje de los ejércitos otomanos adherentes a una Fe contraria al Cristianismo. Tanto Miguel VIII como sus sucesores, entendían que los partidarios del Papa Latino, debían ser aliados y no enemigos del Imperio de Bizancio, por lo tanto, inicio negociaciones para llegar a una paz duradera y preparar una cruzada que expulse a los otomanos de las tierras del Imperio Bizantino y por sobre todo, Tierra Santa.

Como consecuencia, ni bien el Emperador Miguel VIII retomo el control de la ciudad de Constantinopla, inició diálogos con el papado para establecer una unión entre la iglesia romana y la ortodoxa.

 

III – EL CONCILIO DE LYON DEL 1274

 

El siglo XIII revelaría una Iglesia de Roma con gran fuerza política y económica, principalmente luego del Concilio de Letrán del 1215 que reunió a importante obispos de toda la cristiandad, a excepción de la Iglesia Ortodoxa Griega, a la cual se le dedicó el Canon Nro. 4, en la que se la exhortaba a someterse a la autoridad del Papa: un único pastor, un único rebaño. Se afianzaría una teología donde se pondría como “Piedra” (Mateo 16:18) fundamental de la Iglesia a San Pedro y al Papa como su sucesor.

 

Estando muchas tierras del Imperio Bizantino, todavía en manos de los aliados del papado, el Emperador Miguel VIII de Bizancio, apoyará la “unión con Roma” para poder reunificar su Imperio y hacer frente al enemigo musulmán. Por tal motivo, junto al Patriarca de Constantinopla, Juan XI (Bekkos), partidario de la unión. De esta manera, el Patriarcado de Constantinopla participaría en el Concilio de Lyon del año 1274, auspiciado por el Papa Gregorio X, poniendo a San Buenaventura (que fallecerá durante el Concilio), como negociador con los bizantinos, los cuales cederán ante temas que la Iglesia Ortodoxa tenía razón en su rechazo visceral: la primacía papal, y la filioque como temas centrales. 

 

Para el Emperador Miguel VIII Paleólogo, el Concilio fue positivo, en vista a que su principal objetivo era sostener un imperio devastado que heredaba. El dialogo con el papado le significó el pedido de organizar una nueva cruzada y alentador había sido la presencia en el Concilio, de embajadores del Khan de los Tártaros, que se encontraban a espaldas del imperio otomano, y que con su apoyo, podrían coordinar ataques simultáneos entre ambos frentes para debilitar al enemigo común de ambos.

 

Sin embargo, la unión de Lyon duró poco entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Constantinopla. Ello por el rechazo por parte del clero de la cristiandad ortodoxa, y la enemistad del pueblo bizantino con los romanos luego, luego del saqueo de Constantinopla con la IV Cruzada y el forzado reino latino que había dado muerte Miguel VIII, tan fresco en la memoria de los romanos de oriente.

 

IV – LOS MÁRTIRES DE IVERON

 


 Icono de San Kosmas “el Protos”, que fuera ejecutado mediante la horca.


Cuando las noticias sobre la unión de Lyon entre la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Romana llegaron a la Santa Montaña de Athos, el rechazo se hizo sentir en todos sus monasterios. Para entonces, el Emperador Miguel VIII no tenía el control total del Imperio, y las tropas de los cruzados dominaban ciertos lugares, principalmente en Macedonia y Grecia.

 

Las tropas papales, tuvieron el control sobre la Montaña Sagrada entre 1259 y 1306, cuando finalmente fueron expulsados. En todo ese período exigían a los habitantes de la santa montaña que se convirtieran a la iglesia romana y se sometieran a la autoridad papal. El rechazo constante llevaba a estos últimos a hacer pillajes, maltratos y asesinatos de monjes.

Cuando se iniciaron las airadas protestas contra lo decidido en el Concilio de Lyon, los cruzados intervinieron para restaurar el “orden”, tomando como prisioneros, torturando y asesinando a muchos monjes de los Monasterios de Zographou, Vatopaidi , Jenofonto e Iveron.

 

Según el Athonite Paterikon, los monjes de Iveron fueron expulsados por la fuerza de su monasterio. Cerca de doscientos monjes ancianos fueron maltratados por las tropas cruzadas y llevados a un barco, el cual luego fue hundido en el mar. En cambio, no menos suerte corrieron los monjes más jóvenes, que fueron deportados a Italia y vendido como esclavos a los judíos.

El período de mayor represión fue entre  1276 y 1280, fecha esta última cuando fuera martirizado San Kosmas “el Protos” de la Skete de Karyes en 1280, junto a otros hermanos.

 

Compilación: Patriarcal Ateneo San Marcos


 IGLESIA ORTODOXA BIELORRUSA ESLAVA EN EL EXTRANJERO


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