EL STARETZ SAN JOSE DE OPTINA
22 de mayo de 2024 / 9 de mayo de 2024 – Calendario Eclesiástico
I – SUS PRIMEROS AÑOS
El staretz San José Litovkin, nació el 02 de noviembre de 1837 en el
poblado de Gorodishcha, en el Oblast de Jarkov, actual Ucrania. Fue bautizado
con el nombre de Juan, por Juan el Misericordioso (conmemorado el 02/11).
Provenía de una familia humilde cuyos padre Eutimio y María le
inculcaron la piedad hacia la Iglesia, abriendo sus puertas a los monjes
peregrinos y colaborando con las iglesias y monasterios de su ciudad. También eran bondadosos con los pobres, a los
cuales siempre intentaban brindarles ayuda dentro de sus posibilidades.
Asimismo, los padres trataban que sus hijos recibieran en todo momento
la enseñanza de la iglesia, por lo cual les leían algunos libros sobre los
santos de la iglesia. José fue el cuarto hijo de seis que tuvo el matrimonio, y
aprendió a leer antes de ingresar a la escuela gracias a la enseñanza de su
hermana mayor, Alexandra.
A los cuatro años, su padre falleció, quedando su madre a cargo de los
niños. Se caracterizó por ser un niño
enfermizo. Era miope y poseía problemas de audición en uno oído. Sufrió
quemaduras con agua hirviendo, y por su condición, a veces otros niños lo golpeaban.
II – LA VISIÓN DE LA MADRE DE DIOS
Se relata que cuando tenía ocho años, estaba jugando con unos amigos y
de repente se quedó paralizado en el acto. Le vieron levantar los brazos y la
cabeza hacia el cielo y luego cayó inconsciente. Inmediatamente, lo llevaron a
casa y lo acostaron. Cuando despertó, estando su madre y hermanos a su lado, le
preguntaron qué había pasado. Este, les dijo que había visto a la “Reina del
Cielo” en el aire.
Intrigados, le preguntaron: “¿Qué te hace pensar que viste a la
Reina?”, a lo que el niño les respondió: “Porque tenía una corona con una
cruz”.
Hubo un antes y un después luego de dicho acontecimiento: el niño se
volvió más tranquilo y pensativo. Prefería la soledad o compañía con su familia
evitando encontrarse con otros niños de su edad para jugar.
Poco después, la familia se mudó a una nueva casa. Al poco tiempo, hubo
un gran incendio en el pueblo y Juan oró para que la Madre de Dios protegiera
su casa de las llamas. La casa de los Livotkin se salvó, aunque todo lo que la
rodeaba fue quemado.
III – EL DURO CAMINO A LA IGLESIA
En el año 1848, su madre murió durante un brote de cólera. Juan apenas
tenía once años en ese momento. Su hermano mayor Simeón y su hermana Anna
estaban casados antes de que falleciera su madre, y su hermana Alexandra
había ido al monasterio de Borisovsk en la provincia de Kursk para convertirse
en monja.
Simeón se convirtió en el cabeza de familia, aunque su problema con la
bebida lo hacía poco confiable. Simeón cuidó a Juan por un tiempo y su hermano
menor, Pedro, se fue a vivir con Anna. Finalmente, Simeón no pudo continuar
cuidando de Juan, por lo que fue trasladado de un hogar al otro. Llego a vivir con un tabernero y un tendero,
sufriendo muchas veces de hambre y frio, y soportando golpizas de personas que
no eran sus familiares. Finalmente, el joven Juan, se fue a vivir con un primo
que era diácono en Novocherkassk, en el oblast de Rostov, con el cual
permaneció una temporada.
Por entonces, le consultaba acerca de si iba a contraer matrimonio, a
lo cual, jocosamente Juan respondía que "como era miope, no podía ver a
nadie a distancia”.
Finalmente, quiso el Señor que el joven cayera bajo el cuidado de un
comerciante quien lo acogió junto a su familia, y descubrió en el joven, su
compromiso con la Iglesia. Intento
persuadirlo de no continuar en ese camino ofreciéndole a su hija para
matrimonio. Sin embargo, el joven lo rechazo amablemente. Tiempo después habría reflexionado sobre el
hecho afirmando que: “Siempre es así. Tan pronto como uno empieza a pensar en
seguir el camino de la salvación, comienzan a aparecer obstáculos y
tentaciones”.
Al poco tiempo, recibió una carta de su hermana, Alexandra, ahora como
monja Leonida. En dicha carta, le recomendaba ir de peregrinaje al Monasterio
de las Cuevas de Kiev, sugiriéndole que ahí encontraría ancianos
experimentados, que quizás lograrían sembrar en el joven el deseo de tomar los
votos monásticos.
IV – RUMBO AL MONASTERIO DE OPTINA
El joven Juan, se despidió del comerciante, y partió rumbo a Kiev. En
su nuevo peregrinaje, paso a visitar la tumba de sus padres, y luego continuo
su camino para pasar a visitar a su hermana Monja Leonila (Alexandra) en la
Eremita de mujeres de Borisovsky, Óblast de Belgorod.
El encuentro con su hermana, fue muy emotivo. Ella le transmitió que
había hablado con un staretz del Monasterio de Optina, el futuro San Macario,
quién habría vaticinado que el joven Juan se convertiría en monje. Finalmente,
la anciana madre de la monja Leonida, Schemanun Alypia, le dijo al joven Juan: “Olvídate
de Kiev. Ve con los ancianos de Optina”.
Viajó a Optina con algunas monjas del monasterio de mujeres de Belev,
conduciendo el carro para ellas. San Macario de Optina ya había partido al
Señor en 1860, y fue sucedido como anciano por su discípulo san Ambrosio (conmemorado
el 10 de octubre). Conociendo las inclinaciones monásticas de Juan, las monjas
lo presentaron en broma como "Hermano Juan". San Ambrosio respondió
solemnemente: “Este hermano Juan nos resultará útil a nosotros y a usted”.
De esta manera, el joven Juan
inicia la última etapa de su peregrinaje, que concluiría en marzo de 1861 con la llegada al Monasterio de Optina,
siendo recibido por el staretz Ambrosio.
V – LOS PRIMEROS AÑOS EN EL MONASTERIO DE OPTINA
Como novicio, Juan comenzó su obediencia en la cocina. Desde el
principio, demostró su obediencia y humildad al entrar en una vida que era todo
lo que esperaba que fuera. En junio de 1861, el superior del skete, el Padre Paphnutius,
lo designa como asistente del staretz
Ambrosio, cargo que conservaría durante los siguientes cincuenta años.
El 15 de abril de 1872, Juan fue tonsurado como rasóforo, seguido el 16
de junio de 1872 por su tonsura como monje. Se le dio el nombre de José, en
honor a San José Himnógrafo .
VI – DUDAS
Desarrollo el monje Juan una tarea ejemplar asistiendo al staretz
Ambrosio, pero por muy feliz que estuviera de estar cerca del Anciano, le
molestaba el flujo constante de visitantes. Sintió que no había tiempo para
orar ni para ir a la iglesia y empezó a tener recelos. Se sintió tentado por la
idea de que tal vez estaría mejor marchar al Monasterio de las Cuevas de Kiev o
al Monte Athos, y no se dio cuenta de
que el padre Ambrosio había entrado en la celda. De repente sintió una mano en
su hombro y escuchó al anciano decir: “Hermano Juan, es mejor aquí que en
Athos. Quédate con nosotros."
Juan se dio cuenta de que sus pensamientos habían sido enviados por el
enemigo de nuestra salvación y, arrepentido, cayó a los pies del padre Ambrosio.
VII – UNA CURIOSA ORDENACIÓN
DIACONAL
El 9 de diciembre de 1872, el monje José fue ordenado diácono por el
obispo Gregorio de Kaluga. Dicho acontecimiento, acaeció de manera curiosa
ciertamente: El día 7 de diciembre de
1972, día del onomástico del Padre Ambrosio, recibió la visita en su celda del
Hegúmeno Issac, quien lo felicito por su día. Aprovecho la ocasión para
preguntarle al staretz Ambrosio sobre un
monje a quien se proponía recomendar para la ordenación diaconal. El anciano dijo
que no era el momento adecuado para ese monje en particular y recomendó a
alguien más. La propuesta tampoco fue del agrado del Hegúmeno Issac, y este, al
ver al monje José parado cerca con una bandeja, el padre Isaac sonrió y dijo:
“Bueno, padre, usted no quiere a mi candidato y yo no quiero al suyo. Ordenemos
al padre José”.
De esta manera, dos días después, habiendo viajado a Kaluga, será
ordenado diacono por el obispo Gregorio.
VIII – MAYORES RESPONSABILIDADES
La vida del padre José continuó como antes, pero con más
responsabilidades. No tenía celda propia. Solía dormir en la sala de recepción,
que el staretz Ambrosio usaba cada día hasta casi las 11 de la noche.
Ahí se dice, que el staretz Ambrosio probaba con frecuencia a su asistente
para darle la oportunidad de adquirir paciencia y humildad, siguiendo las
instrucciones de San Juan Climaco, mediante la lectura de su obra “La Santa
Escala”.
Por esa época, el staretz Ambrosio construyó el convento de Shamordino
a unas ocho millas de Optina, y el 1 de octubre de 1884 el obispo Vladimir de
Kaluga visitó su inauguración. En la liturgia de ese día, el padre José fue
ordenado sacerdote y desde ese día las monjas lo consideraron su sacerdote, y
se convirtió en el director espiritual del convento después del reposo del
padre Ambrosio acaecido en 1891.
Durante el tiempo que fuera asistente el staretz Ambrosio, encontró
tiempo para leer libros espirituales, especialmente la Filocalia y los escritos
de los padres, encontrando en ellos sabiduría espiritual que compartía con
quienes acudían a él en busca de consejo.
IX – AL BORDE DE LA MUERTE
En febrero de 1888, el Padre José, cuya salud no siempre fue buena,
enfermó gravemente. Era susceptible a los resfriados en invierno. Tuvo que
guardar cama y recibió el Misterio de la Santa Unción. El médico recomendó que
lo trasladaran a la enfermería para recibir tratamiento, pero el padre Joseph
no quiso separarse del staretz Ambrosio. Sin embargo, el superior del skete
insistió en el traslado. El viaje al monasterio en trineo cuando hacía frío
sólo empeoró su enfermedad.
Al poco tiempo, es tonsurado al esquema el 14 de febrero. Al día
siguiente, mientras le leían las oraciones por la Partida del Alma, un novicio
escuchó a alguien detrás del biombo alrededor del Padre José dice: "Ten
paciencia, querida, sólo queda un poco".
El novicio miró detrás del biombo, pero no vio a nadie excepto al Padre
José. Posteriormente, el staretz Ambrosio relató que el Padre José había visto
a la Madre de Dios durante su enfermedad. Aunque había estado bastante cerca de
la muerte, el Padre José se recuperó.
X – FALLECIMIENTO DEL STARETZ
AMBROSIO
En junio de 1890, el Padre José comenzó a prepararse para el viaje
anual para pasar tres semanas en el Convento de Shamordino con el Padre Ambrosio.
En cambio, el Padre Ambrosio le dijo: "No te llevaré esta vez, te necesitan
aquí". Luego ordenó al Padre José que se mudara a su celda. El Padre José tuvo
la premonición de que el staretz Ambrosio nunca regresaría.
Con el staretz Ambrosio ausente en el Monasterio de Optina, muchos
monjes que se confesaban en él comenzaron a acudir al Padre José. Durante el
ayuno de la Natividad, el staretz Ambrosio comenzó a enviar a sus hijos
espirituales de Shamordino, para confesarse con el Padre José también. Esto fue
difícil para las monjas, que estaban acostumbradas al Padre Ambrosio. Incluso
cuando él mismo escuchó la confesión de una monja, el staretz Ambrosio la
enviaría al Padre José por las oraciones de absolución. De esta manera, indicó
que no confiaba sus hijos espirituales a nadie más que al Padre José.
En septiembre de 1891, el staretz Ambrosio enfermó, pero nadie pensó
que fuera grave. El 8 de octubre su estado era tan crítico que mandaron llamar
al Padre José. Esa tarde se realizó el
servicio de la Santa Unción y a la mañana siguiente el Padre José le dio al
staretz Ambrosio Comunión por última vez.
El staretz Ambrosio de Optina reposó la mañana del 10 de octubre.
Incluso en su dolor, el Padre José llevo consuelo a sus hermanos en el
monasterio por tal profunda pérdida.
XI – CONFESOR EN EL MONASTERIO
DE OPTINA
Después del reposo del staretz Ambrosio, los monjes de Optina
comenzaron a acudir al Padre José tal como habían delegado al staretz Ambrosio.
El Padre José fue nombrado oficialmente confesor de la hermandad Optina
a finales de 1893, cuando el staretz Anatole enfermó y no pudo cumplir con este
deber. Cuando las monjas de Shamordino preguntaron a quién debían acudir para
recibir dirección espiritual, el Padre Isaac les dijo: "En Optina lo único
que tenemos es al Padre José como nuestro anciano, y él también debe ser el
suyo".
Durante los próximos veinte años, el hieromonje José recibió visitas,
dio consejo espiritual a quienes les pedían consejo e incluso realizó milagros de
curación para los afligidos.
El staretz Anatole, que dirigía el skete, durmió en el Señor el 25 de
enero de 1894. Con su reposo, el Archimandrita Isaac y los hermanos eligieron
al Hieromonje Joseph para suceder al staretz Anatole como superior del skete.
XII – EL STARETZ JOSE DE OPTINA:
ULTIMOS AÑOS
El staretz José en su lecho, año 2011
Durante los últimos años de su vida, el
ahora staretz José caía frecuentemente en alguna enfermedad. En mayo de
1905, sintió que le faltaban fuerzas para desempeñar sus funciones y pidió
retirarse como Superior del skete. También tuvo que renunciar a escuchar las
confesiones de los visitantes, ya que esto lo agotaba.
Durante los últimos años de su vida, el padre José se debilitó y estuvo
enfermo con frecuencia. En mayo de 1905 sintió que le faltaban fuerzas para
desempeñar sus funciones y pidió retirarse como Superior del skete. También
tuvo que renunciar a escuchar las confesiones de los visitantes, ya que esto lo
agotaba. Sus hijos espirituales se entristecieron por su decisión, pero los
monjes y monjas continuaron acudiendo a él con sus heridas y aflicciones
espirituales.
Al comenzar 1911, el staretz José se sintió débil y enfermo, pero
durante la Gran Cuaresma empezó a sentirse algo mejor. Durante la Semana Santa
estaba inusualmente alegre, lo que llevó a algunos a creer que había tenido
algún tipo de visión.
El 11 de abril, tercer día de Pascua, el startez José desarrolló
fiebre. La semana siguiente, un médico le diagnosticó malaria y declaró que no
había esperanzas de recuperación. A partir del 28 de abril, el staretz José
dejó de comer. Se alimentó sólo de los Santos Misterios de Cristo.
Hasta el momento de su muerte se encontraba consciente y lúcido.
Respondió preguntas y dictó respuestas a cartas. El 8 de mayo se sintió mejor,
pero luego volvió a debilitarse.
La mañana del 9 de mayo recibió la Sagrada Comunión. Esa tarde del 9 de
mayo de 1911, el staretz José partió hacia el Señor con una sonrisa en el
rostro.
A las seis de la mañana del día siguiente, el cuerpo fue colocado en un
ataúd y llevado a la iglesia de Skete. Después de la liturgia se sirvió una
panikhida y luego el ataúd fue llevado a la iglesia del monasterio de Santa
María de Egipto. Los monjes comenzaron a turnarse para servir panikhidas al staretz
José hasta su entierro.
Varios milagros ocurrieron el día en que San José fue sepultado a los
pies del Padre Ambrosio. Aún hoy continúa intercediendo ante Dios y obrando
milagros para quienes le suplican con fe.
El staretz José llegó a ser un gran Anciano porque primero había sido
un gran discípulo. Era obediente a su padre el staretz Ambrosio en todo y nunca
lo contradijo. Debido a que renunció a su propia voluntad, se abstuvo de juzgar
a los demás y se reprochó sus propios pecados, el padre José adquirió la humildad
y la gracia de Dios. También obtuvo del Señor el discernimiento para reconocer
toda clase de enfermedad espiritual y cómo tratarla. Cuando recibió el honor de parte de sus
hermanos de ser nombrado superior del skete luego del fallecimiento del staretz
Anatoli, el staretz José aceptó su
designación con toda humildad. Cumplió con sus deberes, no dando órdenes, sino
con amor paternal y humildad.
XIII – GLORIFICACIÓN Y EL DESTINO
TRAGICO DEL MONASTERIO
Seis años después, aconteció la Revolución Bolchevique, que terminaría
por clausurar el monasterio y su último staretz Hegúmeno, asesinado.
El staretz José de Optina fue glorificado con todos los staretz de
Optina por la Iglesia Ortodoxa Rusa en el exterior (IORE) en 1990. La fiesta de
San José de Optina es el 9 de mayo.
La veneración local de los Ancianos de Optina fue autorizada por el
Patriarcado de Moscú el 13 de junio de 1996.
El descubrimiento de las reliquias de los Santos Leonidas, Macario,
Hilarión, Ambrosio, Anatole I, Barsanuphius y Anatole II, fueron designados por
el patriarca Alexei II de Moscú el 10 de julio. La glorificación de los
Ancianos de Optina para la veneración universal se produjo el 7 de agosto de
2000.
Compilación: Patriarcal Ateneo San Marcos
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