domingo, 26 de abril de 2020

Pandemia - REFLEXIONES III




ATARAXIA HOGAREÑA

Igumen STEPHANOS
Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero
Archieparquía de la República Argentina


En el Nombre del Padre y del Hijo y del Santo Espíritu. Amíñ.

“El Señor es mi luz y mi salvación ¿por quién temerá? El Señor es el defensor de mi vida, ¿a quién temeré? El Señor es el defensor de mi vida; ¿a quién le tengo miedo?” 
(Salmo 26, 1-2) 
“Bendito seas, Señor Dios nuestro, ahora y siempre y por los siglos de los siglos gloria a Tí,  Dios nuestro, gloria a Tí.” (Oración de la mañana).




Rvmo. Igumen STEPHANOS


Las noticias de la difusión del virus COVIR-19,  conocido como coronavirus, las autoridades de la República Argentina, del ministerio de Salud Pública,  establecen la cuarentena, quedando cerradas las puertas y prohibiéndose las reuniones, sumando las religiosas en las iglesias.

Estas medidas de protección, son consideras contrarias a la historia de la iglesia, sobre todo en los países ortodoxos, que llevan más de dos milenios reuniéndose en desiertos, bosques y montañas para alaban al Creador. Históricamente siempre las puertas  de la iglesia, estuvieron abiertas  aún en la proscripción,  la persecución, en las epidemias y catástrofes, donde la Santa Iglesia ofrece el aliciente del consuelo, en el seguir  la palabra, donde se auxilia, convoca y se anima a los fieles  a no abandonar la asistencia al templo, para rezar y recibir los  muy Santos y Divinos Dones,  el Misterio de la confesión y  la bendición del sacerdote. La tarea sublime de predicar el Reino de Dios, como kerigma de salvación, en la conciencia de saber del enemigo común, que enfrentamos como humanidad, la iglesia recomienda las plegarias especiales, con énfasis en temas como las enfermedades, catástrofes naturales, incluso las guerras; rezos que son ayuda en si, como las oraciones inspiradoras de los Salmos, recurriendo al símbolo viviente en la proskomida, en el momento de las letanías y de las lecturas durante la Divina Liturgia acompañados del santoral eclesiástico ortodoxo.

Sabemos que en estos días, el virus presente en diferentes países  causa estragos, y los fieles en su perseverancia,  se expresan no sólo en el culto del templo, sino también en las procesiones, por la ciudad, verdaderamente es digno de encomio y admiración en la fe al Altísimo.

Sin embargo en nuestro  país, en oración, en consejo, con  criterio y  prudencia, se es consciente que sería causa de tropiezo para el semejante, por eso se sigue las recomendaciones de Salud Pública, se anima a todos los fieles a mantenerse informados y continuar en el aislamiento seguro y protector y  continuar las instrucciones que amorosamente nos brinda la Iglesia.

Como servidores del altar, desde la moral buscamos contribuir a la paz y seguridad. Se busca la Fe, se la alimenta en la lectura piadosa, la Santa Biblia, las prácticas pías, como el rezo del kombosquini: “Señor Jesús, Hijo de Dios Ten piedad de mí pecador”, que nos lleva en la crisis que nos circunda, a la búsqueda del equilibrio emocional, de la paz interior, en la oración desde nuestro hogar, desde nuestro altar familiar, con  nuestras oraciones cuaresmales, con la que nos enseñó  San Efren el Sirio, por la paz del mundo entero y la misericordia. 

Desde nuestras casas particulares, desde el templo, funcionando con responsabilidad, nos unimos en la oración, todos participando de la obra salvífica del Reino que ha de venir y estar presente entre nosotros.

Como nos dijera en aquellas tardes en nuestra Capilla de Piedra, SB YURI, Emigidiuzs Ryzy, de Memoria Eterna: “compartimos un mismo cielo y una misma tierra”, para la ataraxia hogareña, en la oración y el ayuno, solicitamos la bendición de Dios por su Jaris y ágape a la humanidad, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amíñ.



Rvmo. Igumen Stephanos junto al cuadro de SB YURI, Emigidiuzs Ryzy (1933-2015)



05 de abril de 2020, en el Domingo de María egipciaca.
Capilla de Piedra de San Jorge – San Vicente, Provincia de Buenos Aires - Argentina

domingo, 19 de abril de 2020

Santo Domingo de la Resurrección del Señor




SANTO DOMINGO DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR
19 de abril de 2020 / 06 de abril de 2020 - Calendario Eclesiástico.






CRISTO A RESUCITADO!
EN VERDAD HA RESUCITADO!




I – SÍMBOLO VIVIENTE

Hoy, el Cristianismo Católico Ortodoxo celebra la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Los cielos se abrieron para que EL retorne a su trono de eternidad, a la espera de sus hijos.

Nada ha vuelto a ser como antes. A lo largo del tiempo hemos intentado los cristianos fundar en la tierra un paraíso terrenal, fracasando en cada intento, puesto que el pecado es parte de nuestra vida, y muchas veces, profundizamos en uno de ellos, para creer que construiremos algo Santo.

Sin embargo, la Iglesia PERMANECE, y entendamos, que como verdaderos CRISTIANOS, somos parte de ella, la cual tiene algo de pecadora –los hombres- y algo mayor, invisible y vivo, que es SANTO, que es MISTERIO, y que lo es TODO: la Santísima TRINIDAD. Y, acompañándola, aquel gran ejército de santos y mártires que durante milenios dieron LUZ a la Iglesia.

La Iglesia nada tiene de abstracto, de inalcanzable, puesto que ella es un SÍMBOLO VIVIENTE, de Verdades Eternas. De nuestro lado, hemos de convertir nuestra alma pecadora, en un ser provisto de entendimiento para poder transitar el camino de la Santa Escala.


II – SIN EXCUSAS

Entendiendo esto, nadie tiene la mínima excusa para no dar algo mejor al mundo, para convertir el pecado en amor. Si como cristianos, no intentamos aportar algo en este mundo caído, nuestra existencia no tendrá justificación alguna. El resultado sería un largo camino en las tinieblas del olvido.

Cristo se hizo presente entre pecadores, y mostró que todas nuestras fallas pueden borrarse en un acto sublime y eterno que fue la Crucifixión. Estuvo presente entre nosotros, pero no solamente para ver nuestras lágrimas caer en medio de la impotencia de verlo en el Gólgota, sino, de verlo vencer la MUERTE.


III – YO SOY EL CAMINO

Decía San Agustín explicando el mensaje evangélico: “Por donde quieres ir? Yo soy el CAMINO. ¿A dónde quieres ir? Yo soy la VERDAD. ¿Dónde quieres ir detenerte? Yo soy la VIDA”. Vayamos entonces, tranquilamente por ese camino..” (Sermón 142, 1-3)

Por medio de la CONVERSIÓN, a través de una profunda decisión de combatir el pecado, buscamos alcanzar una VIDA, que no hemos logrado siquiera vislumbrar, a causa de nuestra vida mundana.

No se permitan llegar al último aliento de vida en este mundo, sin haber intentado transitar el CAMINO a la verdadera VIDA, y en ese andar, dejar grabado con nuestros pies, que hemos vencido el pecado, y conocido, experimentado, VIVIDO en nuestro corazón, la Santidad.

Xristos Anesti!
Vladyka TEOFANO, Juan M. Garayalde
Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero
Archieparquía de la República Argentina


domingo, 5 de abril de 2020

Pandemia - REFLEXIONES II


En tiempos de Pandemia

¿ESTÁ CERRADO EL HOSPITAL?




¿Cómo encontramos curación cuando pensamos que el hospital del alma está cerrado?

La ortodoxia ofrece una forma muy precisa de entrar en comunión con Dios. Es un camino que debe aprenderse, porque simplemente "convertirse en ortodoxo" no llevará al buscador a una vida interior que se transformará e iluminará. La membresía en la Iglesia simplemente no es suficiente, ya que la Iglesia no se trata de hermosos servicios, íconos o teología mística. Como hospital para el alma, la Iglesia es el lugar donde podemos recibir sanidad para lo que nos aqueja. Es el lugar donde somos sanados y rehabilitados íntegramente.

Al igual que las urgencias de un hospital local, un paciente no puede simplemente entrar y esperar ser curado. Tenemos que someternos a un examen por parte del personal de emergencias (nuestro confesor), que nos pedirá que describamos lo que está sucediendo, dónde estamos sufriendo, que nos sometamos a pruebas y, finalmente, que recetemos la medicación necesaria que nos traerá una cura.

Dentro del hospital del alma, es decir, de la Iglesia, sus sacerdotes actúan en la misma capacidad que el personal de emergencia. Entrevistan al paciente (feligrés), examinan el corazón en busca de enfermedades y recomiendan terapia. El sacerdote se convierte en la guía terapéutica, recomendando lo que el paciente (buscador) puede hacer para recuperarse.

Una regla de oración, la lectura diaria de las Sagradas Escrituras, la confesión frecuente y la recepción de los Santos Misterios, todo esto es parte de la medicina de la Iglesia que traerá curación. Así como el médico le receta la dosis adecuada, después de conocer a su paciente, el sacerdote también le receta lo que ayudará a su hijo o hija espiritual.

La vida espiritual es algo que necesita ser aprendido, quizás más ahora, que en cualquier otro momento de la historia de nuestro mundo. A medida que aumenta la maldad, también lo hacen los obstáculos al progreso espiritual. La degradación de toda nuestra sociedad y las profundidades de la depravación que se han convertido en una parte normal de nuestra era, han hecho de este un momento peligroso. Su pasaje de esta manera puede dejar a una persona vulnerable a la ilusión espiritual. Todos necesitamos un guía experimentado y confiable que pueda ayudarnos a evitar las trampas del orgullo y la voluntad propia que nos llevarían a la ruina.

Que la mayoría de nosotros ahora no podemos asistir a liturgias en nuestras iglesias, debido a la pandemia de Covid-19, es aún más importante que alimentemos nuestras almas con la medicina que, por su propia naturaleza, está destinada a lograr una cura. Mantener una regla de oración, leer las Sagradas Escrituras, estudiar a los Padres de la Iglesia y leer la vida de los santos, son comparables a tomar la medicina recetada por el médico. Solo porque las puertas del hospital (la Iglesia) están cerradas para nosotros, de ninguna manera debería ser una excusa para dejar de lado los beneficios que vienen después de que nos convertimos en miembros del hospital del alma.

En amor en Cristo

Abad TRYPHON.
"All Mercifull Saviour Monastery" - Vashon Island (USA)
Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exterior (ROCOR)

2/4/2020

Pandemia - REFLEXIONES 1



En tiempos de Pandemia
UNA OPORTUNIDAD PARA REFLEXIONAR






Toda nuestra historia nos trae a este momento, de temores, de mentiras, de curas milagrosas que no son... Y el temor no es sólo a la muerte sino a perder esas pequeñas burbujas de felicidad y seguridad que la vida moderna nos ofrece.




A mi no me gusta pensar en que cosa es o no un castigo divino, porque no puedo conocer la Mente de Dios, pero quizás esta sea una oportunidad de revalorarnos, y de tomar nuestras vidas en serio.




La Iglesia no va a interpelarnos, ni nadie puede hacer por nosotros lo que nos corresponde. Tenemos plena libertad de vivir mal, de ser miserables, de correr toda la vida tras deseos que surgen de fantasías superficiales, de sembrar infelicidad y de cosecharla con indignación, transformando todo en un infierno en el que no vemos nuestra responsabilidad.




Tenemos el poder de mentirnos y sentirnos superiores, de señalar las faltas de los que intentan superarse y esperar que vuelvan a caer los que hemos visto tropezar. Podemos colaborar asi y de muchas otras formas con el demonio. En verdad podemos, y es una colaboración directa, es hacer su trabajo por él... pero así también podemos elegir.




Apuntemos alto, porque somos hijos del Creador, seamos sinceros con nosotros mismos y si en verdad queremos vivir en el Camino, interroguemos a nuestro espíritu, a nuestros sacerdotes y obispos, hagamos de nuestra vida un proceso de revelación personal, porque en ello está la búsqueda de Dios.




No dejemos que nos detenga la duda, la circunstancia, ni el juicio de los demás, seamos incomprendidos. No existimos para que otros nos usen de justificación para su propia falta de iniciativa espiritual. Está más perdido que nosotros quien se cree el reflejo de sí mismo que encuentra en este mundo, y no ayuda a nadie quien busca imponerlo a los demás.




Escuchemos la melodía que el Señor tiene para nosotros y aprendamos con humildad (porque sin ella solo hay mentira), pero con la perseverancia del que no posee otra virtud, con cordialidad sincera pero con una voluntad implacable.




Archimandrita GREGORY
Comunidad Ortodoxa San Tikhon - Buenos Aires - Argentina
Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero
Abril de 2020