jueves, 16 de junio de 2016

El Desafío del Creyente


EL DESAFÍO DEL CREYENTE






El desafío del creyente es evangelizar la sociedad materialista y tecnócrata en que nos debatimos.



¿Qué encontramos en nuestro entorno?


"Desde Celso a Porfirio; desde Voltaire al iluminismo alemán, pasando por Reimarus, Semler, Paulus, Schleiermacher, Strauss y terminando en Renán, Weiss, Schweitzer o Loisy; y llegando, finalmente, a nuestros contemporáneos, como Dietrich Bonhöffer, Harvey Cox, Altizer, Hamilton y van Buren, que proclaman la ciudad secular y la teología de la muerte de Dios.


Dios, como quería Gramsci, ha sido decapitado. Diversos modos de ataque, diversos intentos de interpretación, pero siempre mirando a negar parcial o totalmente la figura histórica de Jesús, tal como es presentada en los evangelios y en la más pura y genuina tradición del cristianismo.


Ha caído el Imperio de Roma. ¿Cómo no voltear al Imperio que le sucedió? Y sobre los restos de lo poco o mucho que quede, edificar el templo de la Diosa-Razón. Porque, dirán los detractores, la única posibilidad admisible de afirmar la realidad es la que instaura la razón:


Todo lo real es racional y todo lo racional es real.


El mundo está compuesto de ideas; todo, por lo tanto, es pensamiento. La idea es la única capaz y autorizada para instaurar la verdad. El criterio final será el consenso. Los medios de comunicación social tendrán que ayudar a ello.


Nace la fe laica, fundada en una formidable negación: la negación de la realidad de un Dios personal, de la verdad de nuestro conocimiento sobre él, y de la posibilidad y la plenitud del valor noético del acto de fe.

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Según sea el objeto de esta negación irán desfilando, en el correr de la historia, el evolucionismo panteísta o empírico, el agnosticismo kantiano o positivista y las muchas formas del moderno deísmo.


No importan ya sus diferencias, sino más bien sus resultados: han partido de la negación histórica de Cristo y han terminado “decapitando” a Dios."  (A. Fosbery - "La cultura católica")

No es menor nuestra tarea, llevar al Señor, entregar su Palabra, ser consecuentes con lo que anunciamos y predicamos, ser un ejemplo de que seguirlo a Él es realmente vivir, ya que en El y solo en El podemos encontrar sentido a nuestras vidas.


Xristos Anesti!
Hermano Basilio
Comunidad Ortodoxa Madre de Dios de Pochaev - CHILE
Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero

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