UNA NOCHE EN EL EDIFICIO DE LAS 62 ORGANIZACIONES
JUNTO A LOS MOTOQUEROS DEL A.S.I.M.M.
Presente en un mundo desconocido para mi, pero que hace correr por mis venas ese deseo de Justicia y Dignidad por los trabajadores de nuestro pais. Aqui presente, en el balcón del historico edificio de las 62 Organizaciones, junto a los trabajadores del ASIMM
Todos sabemos que en la República Argentina las instituciones y muchos de sus dirigentes se encuentran cuestionados: Las Fuerzas Armadas, el Congreso Nacional, la Educación Pública, el INDEC, los Sindicatos, las Obras Sociales, la Justicia, la Policía Federal, el CONFER … y la lista se extiende de manera interminable. Los argentinos nos quejamos muchas veces con razón, aunque nunca realizamos una autocrítica de los valores que volcamos día a día dentro de nuestra familia, vecinos, compañeros de trabajo y aquellas personas que se cruzan circunstancialmente en nuestras vidas. Nos quejamos y dejamos de ver realidades que muestran el camino a seguir.
Los problemas no nos dejan ver la belleza de este país, lo bendito que es, con sus paisajes, recursos y los valores y luchas diarias de sus habitantes.
La Avenida Independencia de la Ciudad de Buenos Aires, colmada sus veredas de los motoqueros del ASIMM
Los jóvenes afiliados del ASIMM, con bombos y trompetas festejando previa a la realización de la Asamblea del Sindicato, en el edificio de las 62 Organizaciones
La Avenida Independencia es de las Motos.
Aquí deseo mostrarles una parte de ese mundo que tenemos al alcance de nuestra vista, mas sin embargo por generalizar los males de nuestro país, no lo vemos.
El sindicalismo esta hoy en el ojo de la tormenta política. Confrontación entre gobierno y líderes sindicales. Algo que no es nuevo, sino que viene de décadas en nuestro país. Nadie en su sano juicio puede decir que ambos actores no son precisos en nuestro país. Los sindicatos defienden a los trabajadores de los abusos. Hoy existen vacaciones, aguinaldos, obra social, indemnización, licencias por: maternidad, enfermedad, duelo y un extenso etcétera. Conquistas que hoy consideramos normales, pero, que en su momento no lo fueron. Costó mucho conseguirlas, y a veces no sin represión, golpes de estado y otras cosas que hasta el día de hoy se pueden ver.
Pero lo que hoy son conquistas ya logradas para la mayoría de los trabajadores, no lo son para otros que recién comienzan a trabajar en nuevas ramas laborales que no tenía ningún tipo de derechos. En esta caso, nos referimos a aquellas personas que a usted le puede traer a su domicilio una comida solicitada en una pizzería, rotisería, una verdulería a domicilio, una farmacia, un envío de una mensajería, etc. Esta persona, joven por lo general, aparece con su moto o su bicicleta, haya 40 grados de calor a la sombra, dos grados bajo cero, lluvia, granizo, o lo que se imagine. No importa como este el clima.. esa persona aparece frente a usted y le hace entrega de lo solicitado. Hasta hace unos pocos años atrás esa persona no tenía un solo derecho laboral. No existía para el Estado, para los Sindicatos, para las Obras Sociales y muchas veces, era víctima de asaltos, accidentes en la calle, y los mismos seguidos por problemas físicos de por vida, o directamente la muerte.
En el escenario, las banderas que representan las diferentes luchas que libramos los argentinos
El recinto comienza a ser colmado por los afiliados del ASIMM
El país los vio por primera vez el 20 de diciembre del 2001: un grupo de motoqueros girando en torno al Obelisco, transitando la Avenida 9 de Julio, y enfrentándose a la policía. No venían por sus derechos –que carecían-, venían a pedir por un país con trabajo digno … como todo el resto de los argentinos pidió ese día. Murió uno de ellos, Gastón Riva, y a partir de ahí nació la voluntad de unos pocos, para empezar a luchar por esos derechos.
El 25 de julio fui invitado al histórico edificio de las 62 ORGANIZACIONES, por los que pelearon por los derechos de esos jóvenes motoqueros y ciclistas, que desde hace seis años formaron con mucho esfuerzo, con muy poca ayuda, con mucha oposición, la Asociación Sindical de Motociclistas Mensajeros y Servicios (A.S.I.M.M.). Estos pioneros tienen nombre y apellido: Marcelo Pariente, Maximiliano Arranz, Daniel Córdoba, Alejandro Martinelli y Gabriel Acevedo. Seguro que habrá otros mas, y valga mis disculpas y mi respeto por ellos.
Ese 25 de julio se realizaba la Asamblea Anual Ordinaria y Extraordinaria del Sindicato, un evento esperado por todos estos jóvenes agrupados en ASIMM, puesto que estar presentes en ese lugar histórico, las 62 ORGANIZACIONES, era la garantía de que el Estado Nacional, los consideraba trabajadores, una de las consecuencias más dignas que aspiraban estos jóvenes argentinos en una tierra en crisis.
De esta manera, todavía en nuestro país se continúan peleando por los derechos de los trabajadores como si fueran los primeros años del siglo XX. Empezando desde la nada, esto es: desde el reconocimiento de una actividad laboral que era menospreciada. Hoy, estos trabajadores levantan las banderas que han dado honor a nuestra Tierra: la Bandera Argentina, la Bandera de la Confederación, símbolo de la defensa de nuestra Soberanía, la Bandera de nuestras Malvinas, y las banderas del movimiento justicialista.
Agradezco al Secretario General del ASIMM, Marcelo Pariente y al Subsecretario, Maximiliano Arranz por vuestra invitación y por mostrarme que el Sindicalismo Argentino todavía sigue la mística bajo la cual nació: la defensa de los derechos de los trabajadores y la honrosa dignidad se sentirse un trabajador argentino.
Apertura de la Asamblea
Finalizado la Asamblea, en la foto: Mons. Teofano, Diego de "Jovenes Revisionistas" del Instituto Juan M. de Rosas, el Secretario General del ASIMM, Marcelo Pariente y el Subsecretario, Maximiliano Arranz
“El peronismo no se aprende ni se proclama,
se comprende y se siente.
Por eso es convicción y Fe.
Es la Fe popular hecha un partido,
en torno a una causa de esperanza
que faltaba en la Patria
Soy peronista por conciencia nacional,
por procedencia popular
y por convicción personal”
Eva Duarte de Perón
El espíritu festivo que predominó durante toda la Asamblea
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