martes, 23 de noviembre de 2021

SER UNO MISMO

 

SER UNO MISMO




1 - Hemos de volver a ser PERSONAS, no meros INDIVIDUOS.

Ser persona es ser concebido como una unidad orgánica, en un entorno donde Dios está presente en cada latido de nuestro corazón. Es saber cuál es el lugar que debe ocupar en la sociedad que se sostiene con un centro metafísico, espiritual, que emana de Dios, Uno y Trino.

En cambio, ser individuo, es vivir fragmentado: un ser artificial, masificado, invisible como sujeto trascendente, visible como estadística de la sociedad de consumo, engranaje de un colectivo mecanicista de este mundo contemporáneo.

2 - ¿Cómo dejo de ser un individuo fragmentado?

Los santos Padres del Desierto, nos enseñaron el COMBATE ESPIRITUAL, despojándose de todo aquello que les impedía iniciar un camino de descenso, sobre uno mismo, para encontrarse, y en ese silencio interior, dejar que la divinidad se revele, iluminando nuestra oscuridad (Salmo 138)

En nuestras vidas cotidianas, hemos de desapegarnos de lo superfluo. Todas aquellas cosas que nos esclavizan en nuestra existencia, convierten nuestros pies en pesados bloques de piedra. Cada parte de nuestro ser fragmentado, anhela algo, una comida, ropa nueva, un celular más moderno, una casa más grande, y muchas veces, avanzamos sobre nuestros seres queridos, anhelando que sean lo que mi fragmentada y enferma personalidad quiere.

Construimos un mundo ramificado, donde cada deseo se sostiene sobre otros, donde cada desilusión se vuelve sedimento de otras por venir. Anestesiamos nuestra vida, caminamos en la oscuridad al borde de un escarpado risco.

Hemos de rebelarnos, respirar profundo y ABRIR los ojos, para que todas esas búsquedas que regían nuestra vida, desaparezcan como un mal sueño del cual no podíamos despertar.

3 – La Oración como eje de la PERSONA, del “HOMBRE NUEVO”

Esta enfermedad que fragmenta al SER HUMANO, es una forma de adicción. Anhelamos muchas cosas, ninguna esencial. Hemos primero de reaccionar a esa “llamado” de ir detrás de todo. Un mundo en frenético movimiento, que habla de una falsa LIBERTAD a conseguir, aquella que muestra un mundo donde todas las pasiones pueden encontrar su realización. 

Nuestro oído se llena de voces, y todas vienen de afuera.

Ya no escuchamos las que provienen de adentro nuestro.

Ruido que aturde, ausencia del SILENCIO.

La Oración debe ser el único sonido que, desde nuestro interior, ha de estar llamando. Es la que, como lluvia fresca, apaga el fuego de las más feroces pasiones que se arremolinan.

La Oración libera las pasiones, nos libera de sus asechanzas. La Oración es la que nos enseña la verdadera LIBERTAD, la que destruye todas las armas y tretas del Maligno. 

La Oración, y toda la asistencia que vendrá a través de ella, proveniente de las ALTURAS, es la que edificará una PERSONA, un ser integro, que, al elevar sus ojos al cielo, podrá ver más allá de las estrellas y conocer el Reino al cual pertenece.


¡Xristos Anesti!

Vladyka TEOFANO, Juan M. Garayalde

Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero

Archieparquía de la República Argentina

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