miércoles, 17 de mayo de 2023

Las Vocaciones de la IOBE


LAS VOCACIONES DE LA IOBE



Estimados Hermanos en Cristo!

 

¡Cristo ha resucitado!

 

Escribo estas notas movido por situaciones que a lo largo del tiempo, desde mi ingreso a la iglesia como seminarista allá por el 2004, en la Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero (IOBE).

 

 

VOCACIONES

 

Muchas personas ingresaron a nuestra IOBE y muchos salieron de la misma. Algunos creen que estas situaciones son extraordinarias para todas las iglesias, pero realmente no lo es. La vocación religiosa muchas veces es tomada como una más a las que podríamos requerir buscándolas en un libro de carreras universitarias. Viendo los pro y contra de la elección que tomemos: carreras breves, carreras con salida laboral inmediata, algunas que estén de moda, otras que garanticen buenos ingresos, etc. Son pocos los que eligen que camino transitar, sin importar las adversidades de la misma. Ahí está presente la VOCACIÓN. 

 

La palabra VOCACIÓN, se traduce del  griego κλητοι (convocado, invitado), que traducido al latín se utiliza la palabra “vocati” (Mateo 20,14), que es como llega al castellano con el término “vocación”, esto es, los “llamados”. Dicha palabra, será utilizada casi con exclusividad para el camino religioso, y recién en el siglo XX, la misma se utilizará para la elección de un estudio universitario definido.

 

Muchos seminaristas que llegaron a la IOBE ni siquiera iniciaron sus estudios. Vieron complicados los ejercicios del Seminario, que nada se regalaba, que todo exigía esfuerzo, y desistieron. Otros, lo iniciaron, pero con el tiempo dejaron el camino. Todo esto depende de situaciones familiares, estado de ánimo, de idealizar cosas que no son, y finalmente, desanimarse y buscar excusas para tomar distancia.

 

CANONICIDAD

 

Como siempre se ha afirmado, la IOBE es una iglesia de la familia de las “no canónicas”, como muchas que existen, y otras que algún día pasarán a la “canonicidad” ni bien el primos inter pares de la Ortodoxia, el Patriarca de Constantinopla, lo apruebe.

 

Como enseñamos en nuestro Seminario del Patriarcal Ateneo San Marcos, fundado en los años ´80 del siglo pasado  por Su Beatitud Athanasios 1° Aloysios, de Eterna y Santa Memoria,  el origen de distinción “canónico” y “no canónico” es totalmente azarosa, y esencialmente una discriminación de índole política, más no un problema teológico/litúrgico que tuvieran aquellas iglesias que no están en el círculo de los “canónicos”; o por lo menos esos argumentos serían utilizados en una instancia posterior, y no causal.  

 

De igual manera, hemos de reconocer que dentro de la familia de las “no canónicas” existe una decisión de no formar parte de las Iglesias actualmente reconocidas por el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla. Ello por diferentes motivos que exceden el presente escrito.

 

Una de las razones que esgrimen seminaristas  que se apartan de sus estudios, es que muchas veces han cometido la infidencia de hablar desenvueltamente con otras iglesias ortodoxas, que plantean la “no canonicidad” como algo de enorme gravedad. Tomar contacto con los “no canónicos”, hasta pondría en riesgo la propia “salvación” del incauto que se acerque a ellas, iglesias de “falsos ortodoxos”.

 

Todos hemos participado en foros donde muchas veces personas jóvenes y no tanto, son instruidos para decir cosas muy fuertes y lacerantes contra las iglesias “no canónicas”, bajo la protección que le brindan las redes sociales, y el anonimato en algunas ocasiones.

 

Ahora, esa actitud para nada cristiana, se han vuelto contra sus instigadores: iglesias “no canónicas” con una tradición fuerte en la ortodoxia, con una sucesión apostólica indiscutible, y con una claridad meridiana de lo que significa acatar los Santos Cánones, hoy ejercen el mismo cuestionamiento sobre las iglesias “canónicas” que tienen sus problemas y algunos de enorme gravedad, desde la adopción del calendario gregoriano, hasta recientemente, el  frustrado Concilio Pan Ortodoxo de Creta del 2016, que ha puesto en virtual cisma a la ortodoxia, entre los partidarios del Patriarcado de Moscú y los del Patriarcado de Constantinopla, y con una guerra en el medio, donde ambos son protagonistas.

 

 

ROMA

 

Volviendo al tema que nos compete, también seminaristas han querido tener “aceptación” por parte de miembros de la Iglesia Romana, y también los han desanimado de continuar su vocación dentro de la IOBE.  Obviamente ¿qué iban a sugerir? ¿Qué abandonaran felices la romanidad para abrazar otra tradición cristiana?.

 

Como excusas enarbolaron a veces la cuestión de la “no canonicidad” de la IOBE. Que un romano opine sobre lo “canonico” y “no canonico” en la ortodoxia es como nosotros que opinemos sobre los problemas del actual papado de S.S. Francisco en conflicto con las propuestas progresistas de  cambio de la Asamblea Sinodal alemana. En este caso, como Ortodoxos, no tenemos por qué opinar oficialmente al respecto  y menos exigir que abandonen dicha iglesia por su crisis interna. 

 

Existe también esa necesidad por parte de los seminaristas que han tenido alguna formación o camino en la Iglesia Romana, de ser aceptados y reconocidos por ellos como ortodoxos. Ese mal persiste hasta en cierto tipo de clero ordenado de la IOBE. ¿Por qué esa necesidad de recibir su aceptación?  La respuesta que hemos de dar, es dura: porque todavía ese seminarista o miembro del clero, no ha abrazado la ORTODOXIA en su plenitud, que lo haga sentir a uno seguro del camino elegido y no temeroso de su elección.

 

 

VIRTUDES Y DEFECTOS

 

Toda institución religiosa tiene sus fallas. La IOBE los tiene, y somos los primeros autocríticos. No necesitan decirnos en que fallamos. Tratamos de construir teniendo claro nuestras virtudes y aún más claro nuestras falencias.

 

 Algunos han partido para buscar profundizar el camino de la ortodoxia en otras iglesias más tradicionales y opuestas a todo proceso de modernización. Si es una búsqueda sincera y respetuosa, es deber de todo guía espiritual apoyar.  Ahí la VOCACIÓN está viva y presente.

 

 

CONCLUSION

 

Donde la VOCACIÓN se ha encontrado ausente, o flaquea ante la primera adversidad, es lo que ha provocado que a lo largo de la historia de nuestra Iglesia, muchos hayan abandonado su camino, porque la vocación sacerdotal, no es un premio a los méritos que uno pretende tener, sino una entrega a Cristo, una promesa, un compromiso, que trasciende las autoridades físicas del momento histórico de dicha iglesia.

El compromiso es con CRISTO y, por su parte, a la jerarquía de la Iglesia, son sus intermediarios, le corresponde  lograr que el Sacerdocio cumpla su propósito para con los fieles que necesitan de la Iglesia, que se sienten Iglesia.

Las alegrías y tristezas abundaran en este camino. Tratamos con almas y espíritus quebrados, y personas que quieren escuchar de nuestra boca el mensaje de Cristo para sus familias.

Logremos que la IOBE extraiga lo mejor de la Ortodoxia y lo mejor de 500 años de evangelización romana en América. Es un gran desafío, al cual todos están invitados.

Uno no puede esperar que la Iglesia sea el lugar de la salvación para las motivaciones terrenales de uno. Hombres con sed de santidad construyen la iglesia. Hombres tibios, dubitativos, vencidos bajo las tentaciones de las tinieblas, hacen de la Iglesia una trampa mortal para los fieles.

No permitamos eso.

 

¡CRISTO HA RESUCITADO!

Vladyka Teofano

Archieparquia de la República Argentina

Secretario de Asuntos Externos IOBE/AOCC

 

Buenos Aires, 17 de mayo de 2023

  

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