jueves, 30 de julio de 2009

Batallas Metafísicas: Los Padres del Desierto

BATALLAS METAFÍSICAS:
LOS PADRES DEL DESIERTO
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Cuando pienso en la sabiduría de los Padres del Desierto, reconozco que me embarga una profunda pena. No creo que haya existido en toda la era cristiana, un momento tan elevado en el desarrollo de la espiritualidad, como fue ese período. Es la etapa “yogui” del cristianismo; o sea, el momento donde existieron una enorme cantidad de “maestros” con una espiritualidad difícil de hallar cuantitativamente y cualitativamente a lo largo de la historia del cristianismo.

Y la pena que me embarga es que no escribieron nada, puesto que los conocimientos mas profundos de una Tradición, siempre se han hecho por vía oral. En esos tiempos se difundían por esa vía la sabiduría de los Padres del Desierto, cuando ni siquiera se había terminado de compilar lo que hoy conocemos como el Nuevo Testamento.

Lo que llegó a nosotros son simples anécdotas, apotegmas (del griego apophthegma, que suele traducirse como “sentencias breves”) de estos sabios del desierto. Algunas editoriales han compilado dichos escritos. A mi lado, tengo una de esas compilaciones, editado por LUMEN, de su colección Ichthys de espiritualidad ortodoxa. Mi pobre libro, necesita ser encuadernado por mi exceso de uso. Suelo llevarlo cuando viajo por tren por el conurbano bonaerense, camino a la Capilla de Piedra de San Jorge o al Centro  ALAS. Sobre todo, en este ultimo lugar, luego de una jornada de trabajo donde me siento a descansar bajo un arbusto que me da una sombra generosa, saco de mi bolso el mate, y ahí con el libro, leyendo, veo como va cayendo la tarde. A mi lado, infaltable la perra pointer Sofia … que si no tengo nada para comer, esta echada tranquila a mi lado .. sino, estaría encima mío pisoteándome. Ahora que recuerdo, algunas marcas de suciedad del libro son de los pies de Sofía … otras de color verde, es cuando me golpeaba con su hocico mi mate haciéndomelo volcar sobre mi maltratado libro.

La tarde esta cayendo en el Centro ALAS, un momento mágico para dedicarse a la lectura y meditación
Mi inseparable "Sofia". Por fin logre que se quedara quieta, aunque decidió dormir una siesta comoda ....pero para ella!!
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Debo reconocer sin embargo, que para arruinar libros Santiago el creador del Centro ALAS, se lleva el primer premio: libros mojados, todos doblados por quedar bajo el sol, con quemaduras de cigarrillo, manchas de mate, marcado con lápiz, birome y fibrones!!. Tiemblo de terror cuando le presto un libro…

Si hubiésemos dependido de él para salvar documentos antiguos en la Edad Media , hoy ni siquiera sabríamos quién fue Julio César…


Volviendo …

Por desgracia, la Sabiduría de los Padres del Desierto solo llego a nosotros por sus apotegmas que fueron escritos por aquellos que los conocieron, y lo poco que han escrito, llegaron a ser parte de la obra más grande del pensamiento espiritual del cristianismo: la FILOCALIA.

Desearía por ejemplo, conocer toda la vida del Abba Arsenio, del cual hoy precisamente estuve leyendo. Quiero aquí dejarles un ejemplo de dicha sabiduría, para que comprendan el nivel de desarrollo espiritual que poseían estas personas, que mediante un proceso de disciplina interior, de auto-iniciación, transitaban los caminos hacia una realización espiritual, manifestándose en ellos la “Luz del Tabor”, efecto iniciático visible que generaba la práctica de la Oración Hesicasta.

Les dejo aquí uno de los apotegmas del Abba Arsenio:

“Cuando Arsenio residía en Canapos (1), una virgen de rango senatorial, muy rica y temerosa de Dios, viajó desde Roma para verlo. Primeramente visitó al arzobispo Teófilo, a quien ella pidió que intercediera ante el Anciano para ser recibida. El arzobispo se dirigió entonces al Anciano para ser recibida: “Una tal, del rango senatorial, viene de Roma y desea verte”. El Anciano sin embargo, rehusó entrevistarla. Cuando el arzobispo se lo informó a la joven, ella ordenó albardar las acémilas diciendo: “Yo tengo confianza en Dios, así es que voy a verlo. No es a un hombre a quien he venido a ver –hay muchos en nuestra ciudad-, sino a un profeta”.
Cuando ella se aproximó a la celda del Anciano, éste, por un designio de Dios, se hallaba fuera del recinto. Viéndolo, ella se arrojó a sus pies. Pero él la levantó enojado diciéndole: “Si tú quieres ver mi rostro, he aquí, mira”. Ella, avergonzada, no lo miraba. Entonces, el Anciano la increpó: “¿No escuchaste acaso hablar de mi ocupación?. Deberías haberlo considerado. ¿Cómo osaste hacer tal travesía?. ¿No sabes que eres mujer y que por lo tanto no debes ir a ningún lugar? ¿O vienes para, de regreso a Roma, decir a las otras mujeres: he visto a Arsenio?. Ellas habrán del mar una ruta de mujeres viniendo hacia mí”.
Ella dijo: “Si agrada al Señor, yo no dejaré a nadie venir aquí; pero ruega por mí y acuérdate de mí sin cesar”. Él le respondió: “Yo ruego a Dios que retire tu recuerdo de mi corazón”.

Escuchando estas palabras, ella se retiró tan atormentada que, de retorno a la ciudad, su gran pena le provocó fiebre. El bienaventurado Teófilo, cuando se enteró de que estaba enferma, fue a visitarla y le pidió que le informara de lo sucedido. Ella le dijo: “Ojalá no hubiese venido aquí…!. Yo le pedí al Anciano que se acordara de mí, y él me respondió: ruego a Dios que retire tu recuerdo de mi corazón. Y he aquí que muero de pena”.

El arzobispo le dijo: “¿No sabes que eres una mujer y que es a través de las mujeres que el enemigo combate a los santos?. Esa es la razón de las palabras del Anciano; ya que por tu alma, él ruega sin cesar”. De este modo su espíritu se curó y regresó con alegría a su casa
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Notas:
(1) Antigua ciudad portuaria de Egipto. Su traducción es “suelo de oro”. Antes de fundarse Alejandría fue un puerto importante de Egipto.
(2) Apotegmas de los Padres del Desierto – Colección Ichthys – Editorial LUMEN, Buenos Aires 1990.- Pág. 49-51.-

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En este apotegma, se puede ver en nivel del combate espiritual entablado por el monje hesicasta. Su lucha no es con los elementos materiales del mundo, sino con las esencias. Es una batalla metafísica. Como hemos leído: Él no rezará por una persona, por aquellos elementos visibles de la persona, las manifestaciones sensibles de la misma; sino que rezara por su alma, su ser interior, centro que domina inconscientemente todas las exteriorizaciones de la persona . Es una lucha en el mundo de lo invisible, y para eso, el hesicasta debe penetrar en el mismo para estar en igualdad de condiciones. Comprender esto no es fácil, pero una simple anécdota como la aquí presentada, nos brinda un entendimiento de lo que estos hombres, guiados por el Espíritu Santo, pelaron en su tiempo.

Gracias a ellos, el Cristianismo todavía puede aspirar a un realización espiritual, a alcanzar estados múltiples del ser; puesto que existen estados de manifestación del hombre (materiales) y estados de no manifestación (espirituales), pero que despertando estos últimos, alcanzamos la plenitud del Ser total, el principio trascendente y metafísico.

Alcanzar ese nivel, es el resultado de que hemos transitado con éxito el camino que Nuestro Señor Jesucristo nos enseño.


El trabajo agricola es un aprendizaje, que antiguamente, debía ir necesariamente de la mano de la práctica de la oración hesicasta. Es un desafío encontrar el equilibro entre la respiración, el trabajo manual y la oración.


Xristos Anesti!Fr. Teofano+

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