lunes, 17 de mayo de 2010

La Virgen de los Milagros - De Caacupe a San Vicente


LA VIRGEN DE LOS MILAGROS
DE CAACUPE A SAN VICENTE




Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé - República del Paraguay


I - De la tierra de los guaraníes a San Vicente

En la Capilla de Piedra de San Jorge en San Vicente, suelen ocurrir cosas de las que por lo general, sus protagonistas son aquellas personas que hacen del sitio un lugar de peregrinaje: lugar a donde acuden a ver celebrar la Divina Liturgia, de una forma diferente a otros sitios que han conocido. También, es lugar donde aquellas personas que se sienten desorientadas en la vida, producto de problemas graves que confrontan día a día, terminan llegando recomendados por alguna persona que conoció el lugar. Ahí esta nuestro staretz, Mons. Francisco de la Compasión, Franc Primozic, un ferviente seguidor de San Jorge y del Padre Pío. Las personas que visitan el predio, saben que él les dedicará un momento de su tiempo para escucharlos y aconsejarlos, y aquellos que lo precisan, recibir de sus manos y de su sabiduría una ayuda del cual Mons. Franc es sólo instrumento de un Poder que reside en los Cielos y que el Señor ha decidido compartir con él, para ayudar a aquellos hijos que buscan retornar a la Fe.

Como decía al principio, la Capilla de Piedra de San Jorge es un lugar de peregrinaje, gracias a la gran cantidad de personas que concurren de diversas partes del gran conurbano bonaerense y de la Ciudad de Buenos Aires. Una de esas personas es Rafaela Romero.

Cuando llegué por primera vez al lugar en septiembre de 2008, de la mano de quién entonces era nuestro Archieparca para la Argentina, Mons. Valerian, con la misión de colaborar con todo lo que necesite nuestro Mons. Franc, ella, Rafaela, ya estaba en el sitio llegando todos los domingos en una combi desde un lugar de mas de 30 kilómetros de la Capilla.

Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé en el Altar de la Capilla de Piedra de San Jorge durante la Divina Liturgia oficiada por Mons. Francisco de la Compasión y por el Padre Arcadio

En la foto: Rafaela Romero sosteniendo la Virgencita en la Capilla de Piedra de San Jorge

Rafdaela como tantos otros, son quienes hacen especial la Capilla de Piedra, y todos de alguna manera u otra dejan una huella en el lugar. Como bien sabemos, una Iglesia no la construye un hombre solo. Jamás es así. Una Iglesia esta construida por miles. Cada ladrillo, chapa, banco de madera, candelabro, tiene el nombre de cientos de fieles. Sin embargo, Rafaela marco una diferencia y por ello, su nombre y su presencia estará con nosotros y con los muchos que vendrán por siempre. Nacida en la República del Paraguay, viajó recientemente a su tierra a visitar a sus familiares, y regresó con un regalo: Nuestra Señora de los Milagros, la Virgen de Ka´akupe.

Hoy nuestra Capilla tiene esa virgencita que será testigo del día que nuestra Catedral pueda ser construida y ella ocupará un lugar especial en la misma. Estará antes del primer ladrillo, de la primera pared, de la construcción del Altar, y presenciará el momento de la primera campanada del comienzo de la Divina Liturgia.

Desde el día de su llegada, nuestras oraciones a nuestra Santa Madre de Dios tendrán mas fuerza. Aquellas imágenes que en la gente provoca un renacimiento espiritual, como lo es en el Paraguay la Virgen de los Milagros de Caacupé, en nosotros, viniendo ella de tan lejos, y siento una extraña en estas tierras del Plata, sin embargo tendrá nuestras oraciones, nuestra protección y será entronizada en un lugar especial para todos, un lugar que será un pilar indestructible de la Iglesia que vamos construyendo entre todos.

Y ese inmenso regalo, se lo debemos a Rafdaela, que viajo cientos de kilómetros para traernos algo especial y único que encarna el espíritu de la raza guerrera y honorable de la tierra de los guaraníes, la República del Paraguay.


Oración a la Virgen de Caacupé

Santísima Madre de Dios y madre nuestra,
desde vuestro Santuario de Caacupé cubrid con vuestro manto protector
a vuestros devotos y a todo el Paraguay
Interceded por nuestros padres y bienhechores,
por los desvalidos y todos los necesitados de perdón y misericordia
Proteged a nuestra Santa Madre la Iglesia
y alcanzad luz a los magistrados para
que hagan justicia y haya paz entre los hombres.
Después de la gracia particular que os pedimos,
alcanzadnos también la gracia
mayor de preservar en nuestra Fe
y en vuestro Amor,
para asi merecer la realización de
a promesa que Nuestro Señor Jesucristo
nos hiciera cuando dijo.
"El que preserve hasta el fin se Salvará"
A Vos pues, Madre querida,
clamamos para que nos obtengaís tan singular favor
Amén.

Altar de la Nuestra Señora de los Milagros en la Basilica de Caacupé (notese a un costado una estatua que representa a el indio guaraní que la talló originalmente)


II – La Virgen de los Milagros de Caacupé (República del Paraguay)

Detrás de la Virgen de los Milagros de Caacupé, existe una historia maravillosa, que luego de 400 años permanece viva.

Por el año 1600 en el corazón del continente Sudamericano donde hoy esta la República del Paraguay, por entonces estaba bajo la administración del Virreynato del Perú, conquistadores españoles y ordenes religiosas estaban presentes desde hacia unas pocas décadas. En una zona cercana a la ciudad de Asunción, estaba el valle de Ytú, cubierto de una espeso monte. La historia nos cuenta sobre un joven guaraní proveniente de la aldea de Atyrá, que decidió introducirse temerariamente en la espesura del monte a buscar alimentos y madera. En la zona, existía una reducción de los Padre Franciscanos, y este joven aborigen se había convertido al cristianismo como muchos guaraníes de la región, primero con los Padres Jesuitas, y luego con diversas hermandades que fueron llegando con el conquistador español. Su nombre cristiano dice la historia, era José.

El valle de Ytú no era muy seguro, y menos para un cristiano aborigen. Incursionaban los Mbayaes que rechazaban la nueva religión y a sus seguidores, sean españoles o indígenas.

Así fue que este joven tuvo la mala suerte de toparse con una patrulla de mbayaes, que comenzaron a perseguirlo para darle muerte. Este alcanza a llegar a ocultarse detrás de un gran árbol, pero era cuestión de tiempo que sus enemigos lo capturasen. Fue así que imploró la protección de la Santísima Virgen María, mirando hacia los cielos, pegado al enorme árbol a su lado. Dice la historia, que los perseguidores pasaron a su lado y no lo vieron. Estos recorrieron el lugar por horas, y al caer la noche, se retiraron resignados a su aldea.

El joven José lleno de piedad y agradecimiento, desgajo el tronco del árbol que le sirvió de protección. Con sus primitivas herramientas, extrajo del mismo todo lo necesario para hacer un homenaje a la Santa Madre: con sus propias manos, con esa madera y con el fervor de su alma comenzó a esculpir una pequeña estatua de la Virgen del Milagro.

Pintura que se encuentra en la Basilica de Caacupé: representa el momento en que José comienza a implorar por la ayuda de la Santa Madre de Dios para que lo salve de sus enemigos.


Pintura que se encuentra en la Basilica de Caacupé (Paraguay): representa el momento en que el José comienza a tallar a la virgencita. Se dice que talló dos, y una se perdió por un saqueo de los Mbayaes
.
Así, la pequeña virgencita fue depositada en una pequeña capilla construida en ese valle por la familia de José que quedaron a vivir en la región. Años después, ese lugar comenzará a ser llamado Valle de Ka´akupe, cuya traducción al castellano es "detras del monte".

Años después, será el Capitán de Granaderos Carlos Murphy, de origen irlandés al servicio del Rey borbón Carlos III, el que construirá una capilla mas grande un 4 de abril de 1770, año en que oficialmente se reconoce como la fundación de lo que hoy es la ciudad de Caacupé, a 50 kilómetros de la ciudad de Asunción.

Desde entonces, desde todo el Paraguay y también de otras regiones de Latinoamérica, peregrinan a la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros de la ciudad de Caacupé.

El lugar es considerado la Capital Espiritual del Paraguay, y ahí todavía esta esa pequeña virgencita, tallada con una inspiración extraterrena por José, el joven guaraní.

A ese centro de peregrinaje llego Rafaela. Busco una replica de la Virgen de los Milagros y recorrió cientos de kilómetros para traerla a la Argentina, a la Capilla de Piedra en San Vicente, otro pequeño lugar de peregrinaje. Puso en manos de Mons. Franc la pequeña virgencita, hoy custodiada por la Hermandad de los Nazareos y por nuestro Santo de la Capilla, San Jorge.

La Basilica de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé - La Capital Espiritual de la República del Paraguay

Rafaela sosteniendo a Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, rodeada de los Nazareos, sus custodios en la Capilla de Piedra de San Jorge (San Vicente - Rep. Argentina)

Aquellos peregrinos de la internet que lean este escrito, eleven una oración de agradecimiento por José, ese joven guaraní que en agradecimiento a la Santa Madre de Dios, con inspiración divina, supo crear una imagen que desde hace 400 años conmueve a las personas logrando que estén un poco mas cerca de Dios.
Xristos Anesti!
Mons. Teofano

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