LA TEOLOGÍA FRENTE AL ESTADO
Conferencia de SER Mons.++Serafin, Ezequiel Guadarrama Jaimes, Obispo de Toluca - México - Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava
El miercoles 18 de agosto, se celebró en la ciudad de Papantla, en el Estado de Veracruz, México, un homenaje póstumo al Lic. José Félix García López, jurisconsulto, filósofo y teólogo oriundo de dicha ciudad que esta celebrando su centenario.
El evento fue organizado por el Grupo Papan Real, que junto al Ayuntamiento de la ciudad, se encarga de la importante tarea de rescatar a personalidades ilustres de la ciudad para que las mismas no pierdan vigencia y brinden un sello identitario a la ciudad de Papantla.
Para el evento, fue invitado el Doctor en Derecho y Filosofía del Derecho, Fernando Augusto García García, maestro emerito de la Univ. Nacional Autónoma de México (UNAM) así como el jurista y sociólogo Dr. Francisco Javier Gutiérrez Hernández, egresado de la Facultad de Derecho y Filosofía y Letras de la UNAM. Por último, fue invitado el Obispo de Toluca de la Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava, Mons. ++Serafín, Ezequiel Guadarrama Jaimes.
Para nuestra Iglesia y Pro- Patriarcado de las Américas y Eurasia, es un verdadero honor que un miembro de nuestro Clero participe de tan importante evento cultural, y tratando temas que son importantes en la relación Estado-Iglesia. Efectivamente, la conferencia de Mons. Serafín estuvo referida a un libro de García López denominado “El Estado”, donde en el mismo tiene un abordaje, no sólo desde el derecho, sino también desde la teología.
A continuación, transcribimos un extracto de la obra y análisis realizado por Mons. ++Serafín, Ezequiel Guadarrama Jaimes.
Xristos Anesti!
Mons. Teofano
ESTADO-IGLESIA
BASADO EN EL ESTUDIO HECHO POR EL PROFESOR JOSE FELIX GARCIA LOPEZ
BASADO EN EL ESTUDIO HECHO POR EL PROFESOR JOSE FELIX GARCIA LOPEZ
De las múltiples definiciones de ESTADO nos basaremos en una sola: El estado es una sociedad civil o política, de carácter soberano, o como dice el maestro Preciado Hernández: es una especie del género de sociedad, es la forma de sociedad civil perfecta, por cuanto abarca todos los fines susceptibles de ser alcanzados mediante la convivencia humana.
Ahora bien, el estado se justifica en la medida que el derecho lo crea, organiza y rige su funcionamiento, a través del aparato legislativo que genera las leyes que lo crean y sustentan. Pero a su vez, el derecho sin el estado es ineficaz. Por lo tanto hay una estrecha e íntima relación entre ambos y una acción mutua entre los dos.
En efecto el hombre convive y se realiza en el orden temporal a través de los diferentes medios que le brinda la sociedad y la organización estatal mediante una legislación justa y eficaz. Al respecto San Pablo dice: Si ya sabemos que la ley es buena, con tal que se le tome como ley, teniendo bien presente que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los prevaricadores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreligiosos y profanadores, para los parricidas y matricidas, para los asesinos, adúlteros, sodomitas, traficantes de seres humanos, mentirosos, perjuros, y para todo lo que se pone a la sana doctrina. (ITim.1,8-10)
En la foto: José Felix García López
La Iglesia es una sociedad que vive de y en la caridad, inmersa en la sociedad que compone el Estado, siendo una asociación sobrenatural y perfecta, visible y peregrina en la tierra, pues hunde sus raíces en la eternidad, pretende, procura y logra la santificación y la salvación de los hombres a través de una vida sacramental. Simón Pedro le respondió: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo. Tomando la palabra Jesús le respondió: Bienaventurado eres Simón hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que esta en los cielos, y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos, lo que atares en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desatares en la tierra quedará desatado en los cielos. (Mt.16.16-19). Jesús se acercó a ellos y le habló así: Id pues y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, Y del Espíritu Santo, y enséñenles a guardar todo lo que os he mandado, y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. (Mt.28,18-20). Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo. (Flp.3,20). Así como el que os ha llamado es santo, sed santos en toda vuestra conducta.( IPe.I,20).
El maestro José Félix hace una definición muy interesante del Estado: Es la organización jurídica soberana dentro de un territorio, con miras a alcanzar el bien común temporal. En el entendido que organización significa “disposición, orden, arreglo” de algo, en este caso de la entidad estatal.
Así las funciones del Estado son el ejercicio de sus atribuciones y el cumplimiento de sus obligaciones en el sistema jurídico respectivo; la determinación de facultades constituye, la distribución de poder entre los órganos estatales. Estas funciones se reducen a proteger y fomentar el bien y reprimir el mal. Resumiendo, las funciones del Estado son el ejercicio de sus atribuciones y el cumplimiento de sus obligaciones en el sistema jurídico respectivo. La distribución de facultades constituye, la distribución del poder entre sus respectivos órganos estatales.
Ahora bien tomando en cuenta que el derecho es la parte moral en un sentido amplio, en cuanto comunica con un orden normativo, las funciones materiales del Estado, se reducen a proteger y fomentar el bien y a reprimir y extirpar el mal. Así vemos como desde el A.T. Dios al ir formando el pueblo, dicta sus leyes, leyes morales y materiales que serán la base de cualquier legislación, me refiero a los diez mandamientos (Ex.20,1-17), ya que encaminan la moral del ser humano al bien y la extirpación del mal. Así encontramos en el libro de los Proverbios en cuanto a los que abandonan la ley alaban al malo, los que guardan la ley se irritan contra él. Así cuando los justos crecen el pueblo se alegra, cuando dominan los malos gime el pueblo. (Prov.28,4;29,2). Jesús nos dice que no viene a abolir la ley sino a cumplirla, porque no es mayor la justicia de los hombres, que si la siguen no encontrarán el Reino de los Cielos. (Mt.5,17y20). De tal manera que no se teme a los magistrados cuando se obra el bien, sino cuando se obra el mal. ¿Quieres no temer a la autoridad? Obra el bien, y obtendrás de ella elogios, pues es pata ti un servidor de Dios para el bien. Pero si obras el mal, teme, pues no en vano lleva la espada pues es un servidor de Dios para hacer justicia y castigar al que obra mal. (Rom.13,3y4). Así mismo el Estado administra la Justicia: Di esta orden a vuestros jueces: Escucharéis lo que haya entre vuestros hermanos y administraréis la justicia entre un hombre y su hermano o un forastero. No haréis en juicio acepción de personas, escucharéis al pequeño lo mismo que al grande, no tendréis miedo de nadie, porque el juicio pertenece a Dios. (Dt.1,17). Establecerás jueces y escribas para tus tribus en cada una de sus ciudades, ellos juzgarán al pueblo con juicios justos, no torcerás el derecho, no harás acepción de personas, no aceptarás sobornos, porque el soborno cierra los ojos de los sabios y corrompe las palabras de los justos. Justicia, sólo justicia has de buscar para que vivas. (Dt.16,18-20).
Aristóteles sostiene que los que admiten la producción hasta el infinito no ven que suprimen por este medio el bien. Porque ¿hay alguien que quiera emprender nada sin proponerse llegar a un término?. Esto sólo ocurriría a un insensato. El hombre racional obra siempre en vista de alguna cosa, y ésta mira a un fin. El Estado es un instrumento del bien común, un medio para la convivencia humana en el orden y la justicia. Lo mismo acontece en religión las cosas han sido creadas para la sustentación. Ved que os he dado toda hierva de semilla que existe sobre la faz de la tierra, así como todo árbol que lleva fruta de semilla, para que sea vuestro alimento. (Gen.1,29), y servicio. Así que nadie se gloríe en los hombres, puesto que todo es vuestro, ya sea Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro; y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios. (Icor.3,22y23), Que nadie procure su propio interés sino el de los demás. (Icor.10,24). Con miras a su perfeccionamiento y santificación. Seréis para mi un reino de sacerdotes y una nación santa. (Ex.19,6). Guardad mis preceptos y cumplidlos. Sed santos para mi, porque Yo soy Santo y os he separado de entre los pueblos, porque sois míos. (Lev.20,8y26). Bienaventurados los que tienen sed de justicia porque ellos serán saciados. Vosotros sed perfectos como perfecto es vuestro Padre celestial. (Mt.5,6y48).
Foto de la celebración del homenaje a José Féliz García López
Así los hombres también se reúnen y organizan para constituir la sociedad estatal y destinarla al servicio de ellos, pues es evidente que nadie en su sano juicio produce algo inútilmente, para su daño o perjuicio, sino con la mira puesta en beneficiarse y obtener comodidad y provecho. De esta manera el Estado y sus agentes deben atender y remediar las necesidades de los hombres para lograr su metas en el orden temporal.
Las acciones humanas encierran siempre un sentido divino, por estar ordenadas por la Providencia de Dios a la realización de sus planes, el Estado, a la vez se ocupa de su misión propia y por hacerlo, colabora ministerialmente en la más alta para establecer en la tierra el Reino de Dios. Y como la paz y la justicia que proporciona a sus gobernados, asegurándolos fomentando el bien y reprimiendo el mal contribuye a que se desarrollen los hombres. En otro plano más alto, ya no como objeto directo, sino mediato, su hacer es contribuir al desenvolvimiento de la persona humana. Y en un plano aún más elevado, como fin último de su hacer está el de cooperar a que en la tierra se realicen los planes de Dios en armonía con la otra comunidad perfecta, la Iglesia, cuya misión específica es la salvación de las almas.
En esta concepción magníficamente estudiada y presentada por el Lic. José Félix García López encontramos el origen del Estado es divino y utilizado por Dios para la realización de su planes de salvación para todos los hombres, si bien es cierto, el Estado basado en el derecho, el derecho ha sido basado en la historia y podemos asegurar, en la historia de la salvación.
Diremos que el Estado para que sea funcional necesita de un buen gobierno que vele por el bien común de las sociedades, sean civiles, religiosas o políticas, para lo cual es necesario este fundado y validado por una legislación justa y racional en una burocracia que sea plena en todos sus aspectos, que aseguren en el bien la justicia de los gobernados.
Ahora bien la justicia es el fin propio del derecho, producto éste a su vez del legislador. Las citas bíblicas relacionadas con esta actividad: No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su sirvo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo. (Ex.20,17). Y así en estos capítulos del Exodo encontramos la ley, y la legislación de la misma, incluidos los castigos que por cometer ciertos delitos se tenía que pagar. De esta manera no se puede tener comunidad con sede inicua, que forja tiranía bajo la apariencia legal. (S.30,20). Siguiendo con estos extractos: todas las palabras de mi boca son conforme a la justicia, no hay en ellas perverso ni torcido. Todas ellas son palabras llanas para que se entiendan, son rectas para aquellos que dan con la ciencia. Acoged mi doctrina mejor que la plata, ganad la ciencia más que el oro finísimo (Prov.8,8-10). La justicia de los justos; los desleales caerán en la trampa de sus astutos manejos (Prov.11,6). Jesús les respondió: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el principal de los mandamientos, el segundo es parecido al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En esto se fundamenta todo lo escritoen los libros de la ley y los profetas. (Mt.22,37-40).
En el centro, Mons. ++ Ezequiel Guadarrama Jaimes disertando, a ambos lados los otros expositores convocados: El Dr. Fernando Augusto García García y el Dr. Francisco Javier Gutiérrez Hernández
Ahora bien, para quienes tachan de oscurantistas la doctrina católica y las tesis de la Iglesia, pertrechados desde una perspectiva positivista ya superada, con cuya actitud han impedido la expansión del Reino de Jesucristo en la tierra, la dilatación de la Iglesia o la han perseguido, a los legisladores que se han opuesto o impiden la propagación del Evangelio entre los educandos, en las escuelas y colegios, a los trabajadores en los sindicatos en talleres o empresas fabriles, a los militares, en fin, que rechazan la religión católica, o reprimen y persiguen toda manifestación de culto o piedad cristiana se les previene: ¡Ay, también de vosotros doctores de la ley, que ponéis sobre los demás cargas que no pueden llevar, mientras vosotros ni siquiera con un dedo las tocáis! ¡Ay de vosotros, doctores de la ley, que os habéis hecho con la llave de la ciencia! No habéis entrado vosotros ni lo habéis permitido q quienes querían entrar. (Lc.11,46y 52).
La actividad del Evangelio e la vida humana, especialmente como fuente de vida nutricia de la actividad legislativa, es muy digna de tomarse en cuenta, recordando la advertencia de San Pablo: Renunciamos a todo encubrimiento vergonzoso del Evangelio; procedemos sin astucia y sin adulterar la palabra de Dios; y, dando a conocer la verdad, nos encomendamos al juicio de toda humana conciencia en la presencia de Dios. Si con todo, nuestro Evangelio, queda cubierto como por un velo, queda así encubierto para los que van camino de perdición; para aquellos cuyos entendimientos incrédulos cegó el dios “eón” presente, para que no vena brillar la luz del mensaje evangélico sobre la gloria de Cristo, que es imagen de Dios. (IICor.4,2-4).
En las citas bíblicas se pueden distinguir las obligaciones de la justicia, en sentido estricto, o fundadas meramente en la naturaleza óntica (que se refiere al ente mismo del hombre),del hombre, cuya exigencia se satisface dando o restituyendo a cada uno lo suyo; pero la caridad, la obligación de amar a nuestros semejantes como a nosotros mismos, porque están hechos a imagen de Dios, va más allá, obviamente, tomando en cuenta el destino eterno de la persona humana, sólo así se cumple la justicia divina, observando el reino de Dios y sus santas obras, y lo demás viene por consecuencia. (Mt.6,33;Jn15,12-14)
La administración de la justicia, como manifestación del gobierno se encuentra muy explorado desde antiguo. Existen muchos y magníficos tratados del derecho procesal. Pero desde una perspectiva filosófico-teológica el mismo Lic. Félix nos invita a consultar los tratados de la ley y de la justicia en la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, para obtener una vista más amplia y así poder comprender mejor el tema. Como es muy extenso este tema valga sólo mencionar el conducto para aquellos que quieran profundizar más puedan tener el dato de mayor relevancia.
Ahora bien, para mayor ilustración del tema teológico de la justicia, leeremos algunos de los pasajes escriturísticos propuestos por el Lic Félix. Pag. 73 del libro.
Singularmente y de suma importancia es que el Estado dentro de sus funciones fundamentales esta la de garantizar los derechos fundamentales del ser humano.
El derecho tiene su origen en los fines esenciales del hombre, a cuyo cumplimiento esta moralmente obligado. Estos fines han sido señalados al hombre por su Creador. Le son dados con su naturaleza y se le ha de pedir cuenta por Dios de cómo los haya cumplido: por ello puede decirse que el derecho tiene, en último término, su origen en Dios.
Mons.++Serafin, Ezequiel Guadarrama Jaimes reunido a participantes del encuentro en un bar de la ciudad de Papantla
Por fundarse el derecho en el fin de la vida que el Creador a impuesto al hombre, su base es inmutable e inalienable, es decir, el derecho es independientemente de toda constitución humana, y ente todo, anterior y superior al Estado.
En efecto Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Y creó Dios al hombre a imagen suya. (Gen.1,26y27). También le impuso su ley. (Dt.5,6-22). Dios Creador, Legislador soberano y Juez supremo, ha de pedir cuenta al hombre, a cada hombre particular y concreto de la forma en que se condujo en su tránsito terrenal. Por eso todo hombre tiene el derecho inalienable de que se le brinden las facilidades necesarias para que pueda realizarse, de acuerdo con su naturaleza, cuerpo y alma unidos para que alcance su salvación.
Así la raíz de la personalidad es el espíritu. Velad y orad para que no caigáis en tentación; porque el espíritu esta pronto, pero la carne es débil. (Mt.26,41) Que hombre conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre que esta en él?. Cor.2,11).
Y en esta personalidad y derecho los hombres tienen sus derechos fundamentales como son el derecho a la propia vida, en el cual no incluye el derecho al suicidio. El derecho a la invulnerabilidad de la persona, que es la suma de todos los derechos que el hombre puede hacer valer a causa de su singularidad y libertad, en defensa de su responsabilidad propia, el derecho a la igualdad ante la ley, se trata ante todo de evitar limitaciones arbitrarias, tanto sustantiva como objetiva de los individuos o grupos, obligando al Estado a establecer un procedimiento con los requisitos esenciales o necesarios, para preservar la igualdad de trato sin privilegios ni distinciones. No sigas a la mayoría para hacer el mal; ni te inclines en un proceso por la mayoría en contra de la justicia; tampoco favorecerás al pobre en su pleito. (Ex.23,2-3). El derecho al honor, siendo la honorabilidad el fundamento de la confianza de las personas entre si, y por tanto su reconocimiento es una de las condiciones de la vida social. Siendo esta necesaria para el desarrollo de la personalidad, el honor es uno de los más preciosos. Dios ha formado el cuerpo dando más honor a los miembros que carecían de él. (ICor.12,24). El derecho al desarrollo de la personalidad, significa el desarrollo y ordenación recta de todas las cualidades que le han sido dadas como criatura individual de Dios, o sea, sus inclinaciones particulares y dotes físicas, psíquicas y espirituales. El derecho contra la intromisión en la vida privada, el ámbito privado de una persona no abarca solamente su interioridad particular y las posibilidades de la expresión misma, sino también de sus relaciones humanas, especialmente su casa y su vida familiar, sus amistades y su trato social. El derecho a la libertad vocacional, al elegir su profesión el hombre se decide sobre el sentido en que deben desenvolverse sus aptitudes, propias y especiales, y la manera de aplicarlas al bien común. El derecho a la educación y formación, la educación corresponde a los padres que también tienen el derecho a determinar el tipo y el contenido de la educación. El Estado posee solamente un derecho complementario y un derecho de vigilancia que incluye fijar exigencias mínimas para las escuelas en correspondencia con el nivel general de cultura. El derecho a participar en la vida cultural, la enseñanza continua más allá de la enseñanza elemental y superior y de la formación profesional, sino capacita al individuo a participar del bien común cultural, como para contribuir en él como para aprovecharse de él para el enriquecimiento de su personalidad. Derecho al matrimonio, de las formas de comunidad humana, la comunidad matrimonial entre le hombre y la mujer es la más fundamental y natural está profundamente enraizada en el ser del individuo y afecta más profundamente y con más fuerza al núcleo de su persona.
Derecho a ganarse y la vida y derecho al trabajo, es el que tienen todos a procurarse los satisfactores necesarios mediante su actividad económica, el trabajo. El ansia del trabajador para el trabaja, pues le impulsa el hambre de su boca. (Pr.16,26). Estando entre vosotros no vivimos desordenadamente ni comimos de balde el pan de nadie, sino que día y noche, con fatiga y cansancio, trabajamos para no ser carga a ninguno de vosotros.( IIFip.3,7-8). Derecho a la libertad de conciencia, entendiéndose la capacidad del individuo a reconocer lo éticamente bueno como exigencia personal de la ley moral eterna, y de aplicarla a sus propios actos. La ley moral obra por medio de la conciencia en la capacidad de discernimiento moral del hombre, y la conciencia es la última y suprema instancia para la interpretación de los actos humanos.
Derecho a la libre asociación, establece que los individuos pueden unirse libremente con otras personas en comunidades y grupos para alcanzar los fines religiosos, culturales, económicos, políticos y sociales permitidos, compatibles con la ley moral. Derecho a la libertad religiosa, que esta unida estrechamente a la libertad de conciencia, asegura su esfera decisiva o sea el reconocimiento de las ultimas razones y objetivos del ser humano, de Dios, y del cumplimiento consciente y libre de esta relación con Dios, der la orientación total del individuo hacia Dios. Derecho a la libertad de expresión, facilita y asegura la libertad de la participación activa del individuo en toda la vida cultural de la sociedad, de modo que cada uno pueda prestar su colaboración sin obstáculo alguno, y pueda intercambiarse los pensamientos e ideas.
FIN
RECIBAN SALUDOS DESDE PAPANTLA VERACRUZ QUIEN CUMPLE 100 AÑOS DE HABER SIDO ELEVADA AL RANGO DE CIUDAD DE LO CUAL NOS SENTIMOS ORGULLOSOS ASI COMO DE NUESTRA BASTA CULTURA TOTONACA QUE ENCIERRA VAINILLA Y VOLADORES ES POR ESO QUE EL SALUDO ES DE LA CIUDAD QUE PERFUMA AL MINDO PARA QUIENES ASI MISMO MORAN BAJO EL PERFUME DEL AMOR DEL CUERPO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. DIOS OS BENDIGA.........
ResponderEliminarFelicidades por vuestro Centenario!. Tienen todavia cuatro meses para seguir con los festejos!. Esto ocurre muy pocas veces y es el momento de homenajear a tantos pioneros de las artes, letras, politica, ciencias, que dieron su vida por la ciudad que seguro respira todavia los dias en que se comenzó a fundar.
ResponderEliminarUn abrazo en nombre de nuestra comunidad ortodoxa de Argentina!
Teofano