lunes, 23 de agosto de 2010

SANTUARIO


SANTUARIO

El Santuario es simbolo de nuevos cielos donde los Reflejos del Sol y la Luna alumbran sobre nuevas tierras a sembrar. Ahi, la puerta de acceso al Santuario se abre como camino del retorno a lo Sagrado.
Lugar que también es profético, puesto que todo lo que se enseña es para hacerlo realidad dentro de uno mismo: Hemos de ser el cuerpo y la sangre que se transformará al cruzar el umbral despertando lo mágico que vive dentro nuestro.



El Nazareo Carlos de pie frente a los inicios de la obra



Primera Etapa de la edificación del Santuario


En estos días el Nazareo Carlos Cousillas, integrante del cuerpo académico del Patriarcal Ateneo San Marcos, responsable de la enseñanza comparada de las tradiciones religiosas y personalmente, una persona que tengo en mi más alta estima por su sabiduría, con una humildad -que pocas veces he percibido- que emana desde la profundidad de una persona, esta a punto de culminar unos de sus mas grandes sueños, y que hoy también ya es nuestro: terminar con el Santuario Reflejos de Sol y Luna, que construye en un hermoso barrio de Sierra de los Padres, poblado que se encuentra a pocos kilómetros de la ciudad de Mar del Plata.

El Santuario del Nazareo Carlos será un lugar especial donde se podrán reunir personas de diversas religiones para profundizar sobre las mismas, y tener un lugar especial para reencontrarse con la espiritualidad, dejando de lado el bullicio de las oficinas, de las calles y a veces hasta del propio hogar. Carlos estará ofreciendo como anfitrión un lugar para que todos puedan explorar un camino espiritual.


La tranquera de ingreso al futuro Santuario


Etapa de la construcción del techo del Santuario

¿Qué es un santuario?. Primeramente hacemos referencia a un LUGAR SAGRADO. El mismo constituía un refugio para cualquier persona, puesto que representa una jerarquía espiritual superior a cualquier ley o autoridad creada por el Hombre. Para ser considerado como tal, había de tener algo bajo su custodia, como puede ser una imagen, icono o reliquia.

En el mundo greco-romano, se levantaban grandes edificaciones para honrar a sus dioses. El mas famoso santuario del mundo griego fue el templo edificado en honor al dios Apolo, también denominado Oráculo de Delfos, construido precisamente en la ciudad de Delfos al pié del Monte Parnaso, donde las pitonisas recibían consultas de viajantes de todo el mundo, sin diferenciar si eran ricos y pobres.

En la era Cristiana, los santuarios por lo general no estaban ubicados en las grandes ciudades, puesto que los mismos señalaban puntos especiales donde acontecieron fenómenos que estaban más allá de la experiencia humana. Es común que donde ocurrieron milagros, donde por ejemplo la imagen de la Santísima Virgen María estaba presente, los viajeros detenían su camino y construían en el lugar un Santuario, y luego una población nacía a su alrededor. Tenemos asi a la Virgen del Luján en Argentina, la Virgen de Caacupé en Paraguay, la Virgen del Carmen en España, la Virgen de Fátima en Portugal entre tantos ejemplos conocidos por todos.

No pocas veces los santuarios son profanados, naciendo asi asombrosas historias donde la comunidad religiosa intenta custodiar los tesoros espirituales que los Santuarios albergan. Este fue el caso por ejemplo de la Iglesia Ortodoxa Rusa que afronto un grave peligro con la llegada del comunismo. Un caso puntual fue el icono de la Santisima Theotokos de Kazán, que los fieles la retiraron del Santuario y la sacaron de Rusia ante la amenaza de saqueo por parte de las hordas comunistas. La misma, de mucho peregrinar, en 1970 terminó en manos de una organización mariana denominada "Ejercito Azul" (en referencia al color litúrgico de las celebraciones de la Theotokos) , que la terminó depositando en manos del Papa Juan Pablo II que en el año 2004 devolvió el icono al pueblo ruso en una emotiva ceremonia.
Como última característica a mencionar sobre los Santuarios, en todas las tradiciones este ha sido un lugar de peregrinación. Dichos lugares en casos puntuales se han convertido en los centros religiosos de naciones enteras, como es el caso de Jerusalén para los Cristianos y la Mecca para el mundo islámico.



En la foto, el Nazareo Carlos siguiendo la construcción de la obra.



El lugar elegido por el Nazareo Carlos tiene un trasfondo histórico especial: por el año 1746, los padres jesuitas José Cardiel, Tomás Falkner, Jerónimo Rejón, Matías Strobel y Manuel Querini, llegaron a la “Laguna de las Cabrillas” (hoy, Laguna de los Padres) fundando la misión de “Nuestra Señora del Pilar del Volcán” en referencia a la sierras que rodea el lugar, que pertenecen al macizo de Tandil. En ese lugar descubrieron una gran cantidad de indígenas que no poseían organización alguna. Los mismos pertenecían a diversas tribus que en su mayor parte huían de otros indios belicosos, provenientes del centro y sur de la provincia de Buenos Aires, que los perseguían casi hasta el exterminio. En ese sitio los padres jesuitas edificaron una Reducción con el objetivo de unificarlos y darles un orden jerárquico al tiempo que se les predicaba el Evangelio. Ello duro unos años, a raíz de la expulsión de la Companía de Jesus de España y de sus Colonias.

Sin embargo, la obra iniciada por estos evangelizadores no desapareció, y hoy se conoce ese antiguo lugar como “Sierra de los Padres”.

De esta manera, la tarea encaminada ahora por el Nazareo Carlos con el Santuario Reflejos del Sol y la Luna, es volver a convocar a todos aquellos que quieran recibir una sabiduría que esta escrita con fuego en la historia del Hombre, y que es inmortal en tanto que existan personas de gran corazón como Carlos que quieren compartir sus vivencias espirituales con otras personas y así volver a crear un puente invisible entre nuestro ser interior y aquello que nos religa a una sabiduría que se pierde más allá del horizonte de nuestra Pampa Argentina.

Transitando por las calles del poblado de "Sierra de los Padres" se puede ver el techo del Santuario a punto de terminarse.

El techo del Santuario casi terminado

Xristos Anesti!

Mons. Teofano

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