jueves, 16 de junio de 2011

Semana del Pentecostes I - San Cirilo de Jerusalen

SEMANA DE PENTECOSTES

San Cirilo de Jerusalén


Con motivo de la semana de Pentecostés, hemos querido compartir con ustedes un extracto de la obra de San Cirilo de Jerusalén sobre el Espíritu Santo, contenida en una de las obras maestras de la Patrística como es Las Catequesis, su capítulo XVII “Creo en el Espíritu Santo que habló por los profetas”, según la traducción de Carmelo Granado, Editorial Ciudad Nueva, Madrid 1992.


El texto seleccionado, es acerca de los múltiples nombres que recibe el Espíritu Santo en la Santa Biblia , y la afirmación que el Espíritu que se menciona en el Antiguo Testamento, es aquel mismo que Cristo envió a sus Apóstoles.


El Espíritu Santo a Descendido!


Mons. Teofano, Lic. Juan Manuel Garayalde

Eparca Coadjutor de Buenos Aires para la República Argentina

Santa Iglesia Catolica Apostolica Ortodoxa del Rito Bizantino – Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava www.panaghia.org.br




EL ESPIRITU SANTO


Que nadie, por ignorancia, dados los múltiples nombres del Espíritu Santo, y no uno y el mismo, el cual es único. Por esto, la Iglesia Católica , mirando por tu seguridad, trasmitió en la profesión de fe, que creyeras en un único Espíritu Santo, el Paráclito, que habló en los profetas, de modo que puedas saber que hay muchos nombres, pero que el Espíritu Santo es uno solo. De estos nombres, os mencionaré ahora algunos.


Se llama Espíritu, según se leyó hace un momento: “A uno se le da por medio del Espíritu palabra de sabiduría” (1 Cor. 12,8). Su nombre es Espíritu de Verdad como dice el Salvador: “Cuando venga Aquél, el Espíritu de Verdad” (Jn 16,13). Recibe el nombre de Paráclito como también dijo: “Si yo no me fuere, el Paráclito no vendrá a nosotros” (Jn 16,7). Que es uno y el mismo el nombrado con distintos nombres, se demuestra claramente de lo siguiente: que el Espíritu Santo y el Paráclito es el mimo se afirma: “Y el Paráclito, el Espíritu Santo”; y que el Paráclito y el Espíritu de Verdad es el mismo también se dice: “Y os daré otro Paráclito, para que permanezca con vosotros para siempre: El Espíritu de Verdad (Jn 14,16). Y de nuevo: “Cuando venga el Paráclito que yo os guiaré de junto al Padre, el Espíritu de la Verdad ” (Jn 15,26)



Semana del Pentecostes en la Capilla de Piedra de San Jorge - San Vicente (Prov. de Buenos Aires). En la imagen, el Padre Arcadio celebrando la Divina Liturgia de San Juan Crisostomo



Se llama Espíritu de Dios, según está escrito: “Y vi que el Espíritu de Dios bajaba” (Mt 3,16 + Jn 1,32). Y en otro pasaje: “Cuantos son llevados por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios” (Rm 8,14). También se llama Espíritu del Padre, como dice el Salvador: “No sois vosotros los que hablabais, sino el Espíritu de vuestro Padre es el que habla en vosotros” (Mt 10,20). Y de nuevo Pablo: “Por eso doblo mis rodillas ante el Padre”, y a continuación: “Para que os conceda fortaleceros por medio de su Espíritu” (Ef 3, 14-16). También recibe el nombre del Espíritu del Señor como dijo Pedro: “¿Por qué os habéis puesto de acuerdo para tentar al Espíritu del Señor?” (Hch 5,9). Se llama también Espíritu de Dios y de Cristo, como escribe Pablo: “Vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en vosotros. Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, éste no es de Él (Rm 8,9). Se llama también Espíritu del Hijo de Dios, según esta dicho: “Porque sois hijos, envió Dios al Espíritu de su Hijo” (Ga 4,6). También tiene el nombre de Espíritu de Cristo como está escrito: “A que tiempo y a que circunstancia se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos” (1 P 1,11). Y en otro pasaje: “Por vuestra oración y con la asistencia del Espíritu de Jesucristo” (Flp 1,19).


Aparte de éstos, encontrarás también otros nombres del Espíritu Santo. En efecto, se llama Espíritu de Santificación, como está escrito: “Según el Espíritu de santificación” (Rm 1,4). También se llama Espíritu de Adopción, como dice Pablo: “No habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer de nuevo en el temor, sino que recibisteis el Espíritu de adopción, en quien clamamos: “Abba Padre” (Rm 8,15). También recibe el nombre de Espíritu de Revelación, como está escrito: “Que os conceda el Espíritu de sabiduría y revelación para conocerle” (Ef 1,17). Se llama Espíritu de Promesa como dice él mismo: “En el cual, cuando creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa ” (Ef 1,13). Se le llama también Espíritu de Gracia como dice en otra parte: “Y ultrajó al Espíritu de la Gracia ” (Hb 10,29). Llámasele, en fin, con otros muchos nombres como éstos. En la catequesis precedente oísteis claramente que en los Salmos se le llama unas veces Espíritu Bueno (Cf Sal 142,10) otras Principal (Cf. Sal 50,14), y en Isaías (Cf. Is 11,2-3. Cf. Cat XVI 30) Espíritu de Sabiduría e Inteligencia, de Consejo de Fortaleza, de Ciencia, de Piedad, de Temor a Dios.


Concurrentes en la Semana del Pentecostes


Mons. Franc durante una de las charlas con los fieles seguidores de la Capilla de Piedra



De todo lo cual, se deduce que los nombres son distintos, pero el Espíritu Santo es uno y el mismo; viviente y subsistente y que está siempre presente con el Padre y el Hijo; que no es hablado o espirado por la boca y los labios del Padre o del Hijo, ni se difunde por los aires, sino que es personal y que habla, y actúa y es dispensador y santificador, pues la economía de la salvación para con nosotros, que procede del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, es, según ya dijimos, indivisible, armónica y única. Quiero que recordéis lo que hace poco dijimos y que sepáis claramente que no hay uno en la Ley y los Profetas y otro distinto en los Evangelios y Apóstoles, sino que el único y el mismo Espíritu Santo inspiró las Sagradas Escrituras en el Antiguo y Nuevo Testamento.


San Cirilo de Jerusalén (313-315)


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