En una tarde veraniega de enero del 2009, meditando atentamente sobre las lecturas de la teología ortodoxa, luego de una ardua mañana de trabajo y oración, encuentro este pasaje para compartir escrito por San Serafin de Sarov:
"Debes saber, amigo muy querido, que el Espíritu Santo dividió la vida monástica en tres categorías: la vida eremítica; la vida en compáñía de dos o tres hermanos en un skit; y la vida cenobítica. La vidad eremítia debe comprenderse como una existencia lejos de los hombres, en el desierto. El eremita se remite sólo a Dios, a El le concierne la salvación de su alma, el alimento, la vestimenta, y toda necesidad terrenal. El no espera más que en El en todos los combates del alma y del cuerpo, sólo El es su ayuda y su esperanza en este mundo. Pero esta existencia es posible para los maduros espiritualmente, los que viven en paz consigo mismos. En cuanto a los novicios que no se comprometen o lo hacen frívolamente, cuidado con ellos si caen en la apatía, la distracción o la duda; ningún hombre se encontrará cerca de ellos para levantarlos".
"Los que viven en monasterios, luchan con los enemigos del género humano como si lo hicieran con palomas; los anacoretas -como si lo hicieran con leones y leopardos".-
Xristos Anesti!
Fr. Teofano +
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