jueves, 11 de diciembre de 2014

Presentación de un Infante en el Templo



LA PRESENTACIÓN DE UN INFANTE EN EL TEMPLO



La Presentación de María en el Templo, con Santa Ana y San Joaquín


El mejor modelo es María santísima presentada por sus santos padres san Joaquín y santa Ana. En el recinto del hermoso templo de Jerusalén, construido en la época de Herodes,  se presenta a la niña al trono del Altísimo,  recibe la bendición del sumo sacerdote, bendición que será recordada por los papas, y transmitida a la doncella bendita. La presentación,  sin necesidad de un bautismo lleva la impronta de la asistencia del cumplimiento de la Ley, sin embargo más que un mandamiento obligado, es un mandato por el amor dado del Dios de la Alianza al pueblo elegido de Dios.
En ese día se bendice a la niña, se la consuela y se fortalece a los padres, se arroja  humo fragante del incienso, y en el Reino de Etiopia se pide la bendición del sacerdote más viejo, más que por edad por la experiencia. Entramos a la presencia del Altísimo y nos cubre con su sombra, el sabe lo que necesitamos y  sabe lo que nos sucederá porque en su libro están escritas todas las cosas.
Comúnmente recibe un “ojo”, para recordar la visión de Dios sobre el infante, y que los padres deben mirar siempre “ahí” para saber que hay alguien cristificado que posee la ciudadanía de los Cielos. Realizar la ceremonia de presentaron imprime en el corazón el sello de Cristo.
Al entra al Templo se encuentra el lavacro, que es una palangana de material noble el cobre, donde en su interior se puede ver el rostro de uno. Luego se encuentra el altar de sacrificio, el humo como aroma fragante que alegra al Señor, el sumo sacerdote se viste con sus atavíos según la Ley, y campanillas
Ahora ¿donde radica la importancia de esta ceremonia? La importancia radica en el amor de los padres al Dios soberano, en el reconocimiento que Dios es el autor de la vida y que se da la bendición de la plenitud eterna.
Otro punto que en la presentación del infante al templo: se cruza el umbral   “puerta a Dios”, “las puertas reales” entrando en la Presencia de Dios y  la vida venidera. Este es el privilegio que ahora disfrutamos  en la Nueva Alianza, nos podemos acercar al lugar Santísimo, cruzar el altar de incienso y pasar la cortina o velo, del típica.
Antiguamente había un “altar de sacrificio”, hoy son las oraciones que realizan lo fieles ortodoxos en la entrega incondicional de ofrecerse como sacrificio aceptable al Señor colocando al viejo hombre que se consuma.


 
 Capilla de Piedra Rvdo. Igumen Stephanos durante ceremonia de Presentación en el Templo

 

 El Archieparca de San Vicente (Argentina) Vladyka Francisco, Franc Primozic dando la bendición a la niña que empieza su camino en la Iglesia. 
"En el medio de la Iglesia, ella cantará alabanzas a Tí"


Los sacerdotes utilizaban la fuente de agua para el lavamiento preparatorio antes de entrar a los lugares santos del tabernáculo. En la época de Moisés, la fuente era simplemente un lavatorio grande; sin embargo, cuando
Salomón construyó un templo permanente, colocó la fuente sobre el lomo de doce bueyes, a la entrada de los lugares consagrados del tabernáculo  La pregunta que surge es ¿Qué quiso el Señor prefigurar aquí?
En el altar de incienso (Salmos 141:2; Apocalipsis 5:8; 8:3–4) simboliza la oración profunda y sincera que hace el discípulo a Dios, en la interioridad del conocer más que en ver, conocer en lo espiritual e intimidad afianzado en el sacrificio y bondad.
La cortina simboliza los santos Ángeles guardianes que están de guardia, hoy en la santa puerta real se corre ante la presentación de “los Santos y Vivificantes dones”. El arca de pacto, hoy es el altar, fabricado del mismo material que el atril, allí se encuentra la Pixide, la santa Cruz. El lugar santísimos, los iconos imágenes de la gloria celestial el Pantócrator y el Icono de María y del santo de la catedral.
En la presentación se pasa del reino terrestre al celeste. Las orejas, las manos y los pies de Aarón y sus hijos fueron Consagrados con sangre. Nosotros sabemos que la sangre simboliza la expiación de Cristo, la cual tiene el poder de santificarnos. ¿Qué simbolizan las orejas, las manos y los pies y qué nos enseña ese simbolismo acerca del hecho de prepararnos para ocuparnos de las obligaciones del templo? La dedicación total y pertenencia a Dios.
El conocer el nobiliario de la antigüedad como el de hoy, nos instruye en el propósito de Dios con la humanidad, para conocer mejor el Evangelio siempre actual y novedoso, porque se afianza en las Bienaventuranzas.

Conocer este arreglo nos anima a querer estar más cerca de la Presencia de Dios en la obediencia al dador de la ley, su artesanía y belleza es la adoración que brindamos a Dios. 


Rvdo. Igumen Stephanos
Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero
Archieparquía de la República Argentina

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